Esperanza Aguirre ganó el órdago y Ruiz Gallardón no será candidato en las próximas elecciones generales.
La decisión la ha tomado hoy Mariano Rajoy después de comprobar que la única preocupación de ambos dirigentes es mantener intactas sus aspiraciones de optar a sucederle ante una eventual derrota en los comicios del 9 de marzo.
El PP ha querido zanjar la polémica con un comunicado en el que se afirma que lo mejor para los intereses generales y los del propio partido era que ambos continuaran con sus actuales responsabilidades.
Aguirre y Gallardón fueron citados en Génova a una reunión con Rajoy en la que también participó el secretario general del partido, Ángel Acebes.
El objetivo del encuentro era convencer a la presidenta de la Comunidad para que aceptara la inclusión del alcalde en la lista de Madrid, un anhelo de Gallardón al que Rajoy había accedido y que debía de ser oficializado el jueves.
Los Estatutos del PP permiten excepcionalmente que los alcaldes puedan compatibilizar su cargo con el de diputado, una posibilidad vedada por ley a los presidentes autonómicos.
Para sorpresa de los asistentes, Aguirre amenazó con dimitir si Gallardón era incluido en la candidatura, de forma que, eliminado el obstáculo legal, ella misma pudiera formar parte de la lista electoral.
El alcalde aceptó el envite, pero no así Rajoy que, ante el escándalo en ciernes, decidió prescindir de Gallardón. Aguirre se había salido con la suya.
En su comunicado el PP destaca que ambos dirigentes habían
reiterado su ofrecimiento de formar parte de la candidatura, lo que confirma la amenaza de dimisión esgrimida por la presidenta madrileña. La reunión, de una
tensión extraordinaria según diversas fuentes, afianza la posición de Aguirre en el seno del PP y revela a debilidad de Rajoy, incapaz de poner orden en sus propias filas. Más allá de su declarada disposición a colaborar en el triunfo de Rajoy, con su insistencia en conseguir un escaño en el Parlamento Gallardón pretendía obtener una
posición de ventaja ante una hipotética sucesión. Lo habitual ante una
crisis interna en la que se dirime un nuevo liderazgo es que el elegido sea diputado y pueda enfrentarse cara a cara al presidente del Gobierno. No ha sido la única sorpresa en el proceso de elaboración de las candidaturas populares. Desterrado de su tradicional feudo valenciano, Eduardo
Zaplana concurrirá en la lista madrileña.
Barberá, tampoco Tras los
rumores de los últimos meses, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha decidido quedarse sólo como primera edil de una ciudad que gobierna desde 1991, y en la que logró una mayoría aplastante
el pasado 27 de mayo de 2007. Así, no se enfrentará a la cabeza de lista del PSOE, la vicepresidenta del Gobierno,
María Teresa Fernández de la Vega.
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