Consejos para evitar sustos en la playa con los niños este verano

Tres niños disfrutando de su merienda en la playa.
Tres niños disfrutando de su merienda en la playa.
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Tres niños disfrutando de su merienda en la playa.

El verano es el momento más propicio para llevarse un susto en la playa con los niños. La regla de oro es, desde luego, no perderlos de vista en ningún momento y nunca dejarlos solos.

En los últimos años ha repuntado el número de muertes por ahogamiento debidas a descuidos o imprudencias y, hasta julio, se habían contabilizado casi doscientas. El caso reciente de un niño de 4 años que falleció al quedar su colchoneta a la deriva ha disparado las alarmas.

Hemos recopilado algunos consejos de organismos como la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo o el Ministerio de Sanidad para evitar situaciones de riesgo:

  • Enséñalos a nadar cuanto antes. Esta es la mejor defensa contra un ahogamiento. Es deseable que pierdan el miedo al agua, pero también que le tengan respeto.
  • No te confíes aunque lleven manguitos, flotador, burbuja… Mantente cerca de ellos siempre que se estén bañando.
  • No los pierdas de vista. Los menores deberían bañarse junto a la orilla. La boya es un buen objetivo para nadadores experimentados pero los niños pueden cansarse, asustarse o sufrir picaduras que les impidan volver a la orilla.
  • Ojo con las corrientes y la resaca del mar, y con los revolcones de las olas. Cuando la playa luce bandera verde, no hay que preocuparse. Si es amarilla (precaución), roja (prohibido el baño) o negra (playa clausurada), no exageran: puede ser peligroso, especialmente para los niños.
  • Sigue siempre las recomendaciones de los socorristas y los servicios de Salvamento. Si la playa tiene una zona reservada al baño y otras en las que está prohibido meterse, no es para fastididar. Es por tu seguridad.
  • No tirarse en zonas poco profundas. Puede producir lesiones graves en la espalda, en la cabeza… Asegurarse antes de lanzarse al agua de que no hay nadie en nuestra trayectoria. Tampoco es recomendable bucear en aguas o zonas con poca visibilidad.
  • Las pelotas, los hinchables y otros elementos para jugar en el agua, mejor en un entorno controlado como la piscina. Las olas se pueden llevar el objeto, con el consiguiente peligro para los niños tanto si van sobre él como si intentan alcanzarlo.
  • Cuidado con el sol. Sombrilla, gorro y protección solar alta (FPS 50+) son imprescindibles si vamos a la playa con niños. Quemarse es incómodo y no proteger la piel puede derivar en cáncer, pero también tiene efectos más inmediatos y peligrosos como las insolaciones y los golpes de calor.
  • Evita las horas centrales del día (13.00-17-00). Aprovecha que los niños madrugan y disfruta de la playa a primera hora o a partir de las 18.00 h. Hace menos calor, hay menos gente y, además, el sol es mucho menos dañino.
  • Con bebés, nunca te pongas al sol directo. Aplícales crema solar (las hay específicas en la farmacia incluso para menores de 1 año) y mantenlos hidratados todo el tiempo. Mucho cuidado con el baño: un bebé puede ahogarse en pocos centímetros de profundidad.
  • No olvides beber líquidos (preferentemente agua) y llevar alimentos como fruta, que tienen mucha agua. Que tú no tengas sed no significa que los niños no necesiten beber: acostúmbrales a hacerlo cada poco para que no se deshidraten.
  • Mucho cuidado con los alimentos al sol. Una mayonesa, huevos o un pescado, aunque sea en ensalada, no son la mejor idea para llevar a la playa y exponerlos al calor. Las intoxicaciones alimentarias son muy comunes en verano y los niños las acusan mucho más que los adultos.
  • Dos horas de digestión puede ser exagerado pero, aunque no sea después de una comida, es mejor meterse al agua poco a poco o refrescarse antes (la nuca, el torso, la cabeza…) para evitar que la diferencia de temperatura entre el exterior y el agua nos provoquen cortes de digestión y similares.
  • Llevar calzado para la playa, que se pueda mojar e incluso sirva para bañarse con él (cangrejeras, neopreno…). Evitará que los niños se quemen los pies y se puedan clavar objetos abandonados o hacer heridas con piedras. También pueden evitar picaduras.
  • Los niños se pierden, sobre todo en playas repletas. Procura que se aprendan el teléfono de algún familiar o lo lleven anotado en algún sitio con rotulador indeleble. Si te pasa, acude cuanto antes a la caseta de Salvamento más cercana, te ayudarán a localizarlo por megafonía. También funciona establecer un punto de encuentro que tus hijos pueda encontrar y reconocer con facilidad y decirles que acudan a él si se pierden.
  • Dando por hecho que los menores no van a consumir alcohol o drogas, tampoco deberían hacerlo los adultos que están al cargo pues disminuye la atención y la capacidad de reacción ante el peligro. Tampoco es buena idea dormirse mientras los niños juegan solos en la playa. Nunca bajes la guardia, los despistes llevan a sustos innecesarios.
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