Juegos de rol, ¿la próxima gran mina de franquicias en cine y series?

Proyectos como 'Dungeons & Dragons', 'Exalted' y 'Blades in the Dark' anuncian que las plataformas han cambiado de objetivo: de los cómics y las novelas de fantasía a las hojas de personaje y los dados poligonales. 
Ilustración del juego 'Dungeons & Dragons'.
Ilustración del juego 'Dungeons & Dragons'.
Cinemanía
Ilustración del juego 'Dungeons & Dragons'.

"¿Qué es un juego de rol?" es una pregunta con mucha miga. Tanto que, desde hace décadas, todo libro que se precie dedicado a esta forma de ocio comienza con una introducción destinada a explicárselo al lector lego. Según noticias recientes, además, parece que los responsables de plataformas de VOD y productoras de Hollywood se han planteado esa cuestión con el objetivo de siempre: sacar tajada.

Ya no es solo que Dungeons & Dragons, el decano de este pasatiempo, vaya a contar con una película y una serie, la primera con Chris Pine de protagonista. Es que otros títulos más 'de culto', como Blades in the Dark y Exalted, han comenzado el proceso para llegar a la pequeña pantalla. 

Así pues, tras haberse lanzado a por los cómics (tras el triunfo de Marvel) y tras la ola de adaptaciones de fantasía post-Juego de tronos (deThe Witcher a La rueda del tiempo y El señor de los anillos), parece que la próxima gran fiebre del oro para los estudios será poner en imágenes el mundo rolero. 

Lo cual nos devuelve a la pregunta del comienzo: ¿qué es un juego de rol… y por qué de repente eso le interesa a todo el mundo?

Repite conmigo: "Demogorgon"

La respuesta a la primera de esas cuestiones es mucho menos críptica de lo que parece: en 2021, basta con contestar que un juego de rol es "eso que les mola a los chavales de Stranger Things". Porque la serie de los hermanos Duffer para Netflix no solo nos proporciona un buen ejemplo de cómo funciona todo esto, sino que también entronca con sus años de máxima popularidad (hasta ahora).

Básicamente, un juego de rol es una suerte de teatro improvisado en el que el grueso de los intérpretes adopta el papel de héroes o antihéroes en una aventura, mientras que otro (llámesele "máster", "amo del calabozo" o como se quiera) ejerce como narrador y árbitro, aplicando unas reglas predefinidas. 

De ahí que Stranger Things nos mostrase a Finn Wolfhard y sus colegas reunidos ante una mesa, tirando dados de formas raras (para representar el papel del azar en las acciones de sus personajes) y usando miniaturas (para tener una referencia visual a la hora de enfrentarse a los bichos de rigor). La ingesta masiva de snacks y refrescos es opcional. Y la presencia de niñas telépatas y monstruos extradimensionales, también. 

Por otra parte, es normal que los protagonistas de la serie sean fans de Dungeons & Dragons en 1983, porque en aquellos años esa marca era la comidilla de EE UU. Creada en 1974 por Dave Arneson y Gary Gygax, D&D se volvió masivamente popular con la llegada de los 80, generando una legión de discípulos e imitadores. 

La popularidad del juego llegó hasta el punto de figurar en películas como E. T. el extraterrestre (¿recuerdas lo de "¡cero en carisma!"?) y de suscitar ataques por parte de grupos conservadores, que lo veían como una puerta de entrada a la subversión y los ritos satánicos. 

Desde entonces, la historia del mundo rolero ha sido larga y compleja, pero podemos afirmar que desde 2014, aproximadamente, este hobby ha llegado de nuevo a cotas altísimas de popularidad: en 2020, Dungeons & Dragons registró las mayores ventas de su historia, pese a la pandemia. Asimismo, la demografía de sus usuarios ha experimentado un giro hacia lo diverso, con mayor presencia de mujeres y personas LGTB que nunca. 

Otro factor capital en este proceso es el hecho de que muchos talentos del Hollywood actual son o han sido jugadores. Sin ir más lejos, Vin Diesel es un reconocido fan del pasatiempo, y afirma haber organizado la saga Fast & Furious a semejanza de una serie de partidas encadenadas (una "campaña", en la jerga del gremio). 

Para colmo, la huella de los juegos de rol puede apreciarse en otras series como Hora de aventuras, Community, Gumball, Freaks and Geeks o Rick y Morty: todas ellas han echado mano de este hobby, bien como inspiración para sus guiones o sus ambientaciones, bien para hacer referencias directas. 

Así pues, el gran público podría estar preparado para una avalancha de películas y series roleras. Solo cabe pedir que, más allá de la rapacidad consustancial al negocio de Hollywood, esta vez la industria haya aprendido de sus viejos errores, que son numerosos y flagrantes. 

Dragones, vampiros y Jeremy Irons

Para quienes ya peinan canas, la adaptación audiovisual por excelencia de un juego de rol es Dragones y mazmorras, la serie de animación coproducida por Marvel y TSR (la editorial responsable por entonces de D&D) que duró tres temporadas entre 1983 y 1985.

Aunque naciese lastrado por problemas habituales en la animación de los 80 (su calidad técnica no era nada del otro jueves), y pese a llegar a España en una época en la que el pasatiempo era virtualmente desconocido por aquí, el show gozó de gran popularidad en nuestro país. 

Una pena que la serie quedara inconclusa debido a las quejas, en EE UU, de los habituales padres convencidos de que iba a convertir a sus hijos en adoradores de Satán. En 2020, eso sí, los fans pudieron disfrutar de Dungeons & Dragons: Requiem, un finale hecho por fans en el que participaron varios actores de voz del original.

El siguiente ejemplo de producto audiovisual rolero llegó en 1996 desde ámbitos mucho más tenebrosos. ¿Cómo de tenebrosos? Pues tanto como el creador de Sensación de vivir: la serie Secta de sangre nació de un pacto contranatura entre el productor Aaron Spelling y la editorial White Wolf para adaptar Vampiro: La mascarada, el juego chupasangres que convirtió al rol en pasatiempo apto para la juventud más gótica y morbosa.

Si bien su tratamiento del original era bastante digno, medios aparte, Secta de sangre solo duró una temporada. Irónico, pues, el éxito posterior de Underworld, una saga cinematográfica cuyos parecidos con el juego de rol eran tan evidentes que acabaron llevando a un proceso judicial por plagio. 

En 2000, como si de una invocación a los planos inferiores se tratase, llegó la adaptación rolera más denostada de todos los tiempos: pese a la presencia de Thora Birch y un Jeremy Irons en modo "más cornadas da el hambre", la película Dungeons & Dragons se ganó el aborrecimiento unánime de los fans del juego, de los espectadores profanos y de unos críticos que apenas podían creerse lo que estaban viendo. 

El rechazo al filme, de hecho, fue tan radical que hemos tenido que esperar más de dos décadas (y unos cuantos cambios de paradigma) hasta que Hollywood se ha animado a recuperar los juegos de rol como material potencialmente capaz de generar beneficios. 

¿Dónde están los ladrones?

Aun sabiendo muy poco sobre ella (su estreno, retrasado innumerables veces, está previsto para 2023), la actual adaptación de Dungeons & Dragons al cine tiene mejor pinta que su homónima de 2000. El reparto, en el que destacan Chris Pine, Michelle Rodríguez y Hugh Grant, parece solvente, y entre sus promotores destaca el actor Joe Manganiello, un fan del hobby de toda la vida. 

En cuanto a la serie, tiene detrás a Derek Kolstad, guionista parcialmente responsable de una saga tan rolera (más en el sector "criaturas de la noche" que en el "guerreras con bikini metálico", eso sí) como John Wick. De momento, Kolstad ha anunciado una primera temporada de 10 episodios con influencias de The Mandalorian. 

En cuanto a los proyectos en embrión, también prometen lo suyo. Impulsada por el estudio independiente Warp Films (This Is England), Blades in the Dark nos presentará un trabajo de fantasía oscura, protagonizado por ladrones que operan en una ciudad decadente y postapocalíptica. 

En cuanto a Exalted, basada en un producto de White Wolf, solo puede definirse como un híbrido delirante de kung fu y fantasía teológica, ambientado en un mundo donde los dioses han tirado la toalla y sus sustitutos (los "exaltados" del título) están más pendientes de zurrarse entre ellos que de poner orden en la creación.

Por último, también debemos contar con el regreso audiovisual de Vampiro: La mascarada. A comienzos de este año, Paradox Interactive fichó a Eric Heisserer (Sombra y hueso) y Christine Boylan (The Punisher) para que dieran forma a películas y series basadas en este juego y otros productos de la franquicia Mundo de Tinieblas. Si la cosa prospera, seguramente palabras como "Brujah", "Ventrue" o incluso "Tzimisce" se volverán familiares para el gran público.

La actual pasión de estudios y productoras va más allá de los juegos propiamente 'de rol', abarcando otros productos afines. Sin ir más lejos, el juego de cartas Magic: El encuentro estrenará serie de animación en Netflix el año que viene. Y Warhammer 40.000, el no va más en lo que a wargames de tono futurista y grimdark se refiere, tiene en marcha la serie Eisenhorn, producida por Big Light (El hombre en el castillo) 

Así pues, ante Hollywood se abre un vasto panorama repleto con el esfuerzo de cientos de escritores y la pasión de unos fans cuyas filas resultan hoy más numerosas y diversas que nunca. Solo nos queda ver si los productos resultantes hacen justicia a sus cimientos… o si, como ocurre tantas veces, desdeñan las virtudes de los originales en busca del beneficio fácil. 

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