La estadounidense Virginia Fuchs ha estado a punto de tirar por la borda su carrera deportiva por un inoportuno positivo en dopaje. 

Los castigados por dopaje para Tokio 2020 podrán estar en 2021 si han cumplido la sanción este año

La boxeadora del peso mosca falló en un test a la que le sometieron en febrero fuera de competición, cuando le detectaron restos de metabolitos de letrozol y del temido GW1516: el primero es un enmascarante y el segundo un medicamento (teóricamente sin fabricar desde 2013) cuyos efectos son similares a los de la eritropoyetina, o EPO.

Desde un principio, 'Ginny' había asegurado su inocencia (como suelen hacer casi todos los dopados), pero en su caso le han dado la razón porque han demostrado que sus argumentos eran ciertos: esas sustancias llegaron a su organismo por mantener relaciones sexuales sin protección con su novio.

"Las bajas cantidades de metabolito de letrozol y metabolitos GW1516 detectados en su muestra fueron consistentes con la exposición reciente a las sustancias a través de la transmisión sexual", ha confirmado la USADA, la agencia estadounidense antidopaje, en el comunicado en el que confirman la inocencia de Fuchs.

En twitter, la púgil de 32 años ha reafirmado su tranquilidad y satisfacción al recibir el veredicto, dado que se arriesgaba a un castigo de, al menos, cuatro años de suspensión.

"Estoy aliviada una vez que la USADA ha completado una exhaustiva investigación para darse cuenta de que mi caso era único y por tanto me han confirmado que no he transgredido ninguna norma, permitiéndome volver a la competición. Ha sido una gran lección para mi y ahora que se ha acabado, estoy totalmente concentrada en prepararme para Tokio", ha señalado, en relación a su participación en los próximos Juegos Olímpicos.