Cani, sin filtros: la 'putadas' de Marcelino, los despistes de Lotina y las patadas de Pepe

  • La mala relación entre Cani y Marcelino provocó su salida del Villarreal.
Cani, centrocampista del Villarreal, celebra su gol ante el Valencia
Cani celebra un gol durante su etapa en el Villarreal.
Heino Kalis/EFE
Cani, centrocampista del Villarreal, celebra su gol ante el Valencia

Rubén García Calmache, Cani, no se muerde la lengua a la hora de hablar de Marcelino. El ex futbolista se refirió a su relación con el que fuese su entrenador en el Villarreal en un vídeo del canal de YouTube Ídolos, en el que explicó los motivos por los que acabó saliendo del equipo.

"Cuando llega [Marcelino] es una pasada porque exige, pero cuando pasa el primer año de su llegada es muy desconfiado y muy controlador y me empieza a putear”, explica Cani. “Me hacía ir a los entrenamientos por las tardes a la ciudad deportiva. Me estaba haciendo, como quien dice, 'bullying' en el colegio. Que no era eso, ni mucho menos, pero para que me entendáis. Tomé la decisión de que no quería seguir con él porque me estaba haciendo infeliz", cuenta.

Una relación que se fue tensando por momentos y que acabó con el jugador bastante molesto con el técnico y éste relegándole del puesto de capitán del Villarreal. "Llegó un punto en el que yo estoy ya muy cabreado, no le aguanto más y en una reunión de capitanes me levanté y le empecé a gritar. Me destituyó de capitán y le dije que me daba igual porque no le aguantaba más”, recuerda. “Sin forzar lo que pasó, yo le empecé un poco a gritar, tuvimos una discusión muy grande delante de todos, incluso nos separaron y ya de ahí al día siguiente me puse a entrenar solo".

La situación terminó con Cani cedido al Atlético de Madrid durante una temporada. A continuación regresó al Villarreal y entonces se produjo su salida definitiva del equipo y su fichaje por el Deportivo de La Coruña, para terminar retirándose a los 36 años. Sin embargo, Cani admite que "a pesar de todo lo que he dicho, Marcelino ha sido el mejor entrenador que he tenido en toda mi vida".

Un recuerdo más agradable es el que guarda de su paso por el Depor y su tiempo a las órdenes de Miguel Ángel Lotina. "No sé sabía los nombres de los jugadores, a Mussachio y Zapata les llamaba Manucho y Lozano... y con los rivales era aún peor. Recuerdo que a Coutinho le llamaba Coentrao y a Wakaso le llamó de siete formas diferentes", bromea.

También recordó sus enfrentamientos más complicados dentro del campo de fútbol, en los que aparecieron los nombres de Pepe y Dani Alves. “A Pepe, si lo veía, yo a tres metros como mucho, de lejos. No, no, porque él era un central y yo jugaba en la banda y no tuve ningún rifirrafe. Yo tenía más con laterales, con Dani Alves tuve muchos”, explica. “Creo que es con quien tuve peleas. Le tenía un poco de manía, primero porque era muy bueno. Y cuando un defensa es muy bueno y te la roba y tal le coges un poco de rabia. Pero es que encima luego fichó por el Barça, entonces más rabia aún. Pero con centrales he tenido poco. ¿Pepe? Es que no me acercaría. Entre lo feo que era y las patadas que daba, que se acerque otro. Se le iba la olla, aquello que hizo con Casquero...”.

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