Isidre Esteve: "Gracias a la competición hemos creado un producto que evita las úlceras por presión y que yo vuelva al Dakar con seguridad"

Isidre Esteve, delante del Toyota Hilux con el que disputa el Dakar
Isidre Esteve, delante del Toyota Hilux con el que disputa el Dakar
Repsol Rally Team
Isidre Esteve, delante del Toyota Hilux con el que disputa el Dakar
El veterano piloto catalán y su copiloto Txema Villalobos afrontan con optimismo el Dakar 2021, en el que competirán con un Toyota Hilux que les garantiza una mejor mecánica con respecto a ediciones anteriores.

Isidre Esteve (Seo de Urgel, 1972) es un ejemplo de una palabra muy de moda desde hace un tiempo: resiliencia. A sus 48 años, lleva toda la vida compitiendo en rallies todoterreno, primero en moto y después en coche. Un veterano del Dakar que, después de un accidente en 2007 que le dejó en silla de ruedas, pensó que se podía convertir su parálisis en un ejemplo.

Este sábado estará en su 16ª salida del raid más duro del mundo, sexto en coches, y lo hará con su inseparable cojín Núbolo, que evita las temibles úlceras por presión que tantos discapacitados sufren día a día y que provoca complicaciones derivadas. Un invento que se ha probado en el laboratorio más complejo: el raid más duro del mundo.

Este año da un salto a un 'toro grande', al Toyota...

Era un paso necesario. Llevábamos tres años con el BV6 de Sodicars Racing, y el año pasado fue un punto de inflexión. Empezábamos a correr bastante y el coche ya no podía más. Tú ves cuando la mecánica puede ir al límite y al subir el ritmo en carrera se rompió el turbo. Y luego no teníamos infraestructura para reaccionar a tiempo... Fue cuando tomamos la decisión de dar el paso. El momento y nuestros patrocinios lo piden también y nos pusimos todos de acuerdo. Y aquí está el nuevo proyecto con el Toyota Hilux.

Señalaba antes de viajar que su objetivo era el undécimo. Eso implica que va a tener que estar muy arriba en todas las etapas...

Nosotros creemos que estar en el 'top 10' sería un resultado extraordinario, pero no es algo que no se pueda alcanzar. Sabemos que la carrera es larga y con mucho respeto a todos los pilotos que están delante, con estructuras oficiales también y que van rapidísimo. Pero son 12 días de carrera y hay que ser regular y competir bien cada día. Sabemos que si cada día estamos entre los 20 primeros, tendremos opciones de entrar en el top 10. Habrá días que estemos el 25, pero si hacemos resultados parciales de 16, 15, 14... un día 10, otro el 17... 

Cuando estás por estas posiciones hay posibilidades de acabar entre los 10 primeros, porque todos los días le pasa algo a alguien. Tenemos que procurar que no nos pase a nosotros, que nos haga perder mucho sin que podamos reaccionar. Lo vemos siempre: estadísticamente en el Dakar es muy importante ser regular. Creo que con el coche, experiencia y equipo que tenemos, puede ser alcanzable ese top 10, pero repito: sería extraordinario.

Después del debut de Arabia el año pasado, ¿qué me puede contar del recorrido este año? Y más este año con el 'roadbook', que se lo entregan con sólo 10 minutos de margen antes de cada etapa...

Este año va a ser un Dakar más completo a nivel deportivo y con una dureza más sostenida. Es el segundo año en Arabia, y para una organización hacerlo en un país nuevo al principio siempre es más difícil porque no sabe cómo va a reaccionar el terreno, el personal de apoyo allí y muchas veces toman precauciones de más, y es bueno que se tomen. Será un rally difícil cada día, pero para mi hay tres puntos. Uno es la etapa antes de la de descanso. Tiene una parte final de unos 100 kilómetros de dunas, que ya nos han dicho que son bastante difíciles y que estratégicamente está muy bien, porque al ser el día antes del descanso permiten llegar a coches que se hayan retrasado sin peligro de quedar fuera de carrera. 

Luego está la etapa maratón. Se desarrolla muy al norte, y había muchas piedras en esa zona. Pinchamos mucho todos los participantes. Habrá que ver cómo gestionamos las ruedas en estos dos días, porque no tendremos el T5 (los camiones de asistencia) con todos los recambios. Habrá que estar atentos.

Al final, como quieren que la carrera esté abierta hasta los últimos días, han preparado una penúltima etapa que, según ellos, es la más difícil del rally. A ver si podemos llegar ahí sin haber perdido las opciones que creemos que tenemos. Habrá que estar atento en todo el rally, sabiendo que va a ser más difícil la segunda semana.

¿La segunda semana? ¿Puede explicarlo?

Han montado una carrera con la que la segunda semana es más difícil. La primera tiene la etapa antes de la de descanso y la segunda es la maratón y la penúltima. Y porque la parte norte, para el coche, va a ser más dura. Las piedras, la pista... y luego la mecánica está más cansada la segunda semana.

Su caso es excepcional, ya que usted se quedó paralítico de cintura para abajo en 2007, pero ya ha disputado cinco Dakares en coche. ¿Qué echa de menos del Dakar en moto?

Sin duda: la sensación de libertad. La moto es algo precioso en ese sentido. Y más en desierto abierto. Las dunas en moto, cuando eres el primero en pasar, es fascinante. En moto puedes ir donde quieras, enfrentarte a las dunas más difíciles que haya. Y puedes trazar: tiras la piedra y dices: 'vale, a esa duna tengo que ir'. Y si se entierra la moto, la tiro y vuelvo a salir. 

Con el coche es otra historia: cuando subes una duna no ves nada y cuando la coronas, parece que te vas a matar, como en el Dragon Khan. No sabes ni dónde vas a caer. En la moto, además, la sensación de libertad y soledad se nota. Tomas las decisiones solo, piensas mucho... A mi me gustaba mucho, claro. Con el coche vas con el copiloto, que por un lado está bien porque compartes todo, pero es más complicado. Más seguro también. Ahora he visto que realmente con las motos hay que ir alerta, pero con el coche vamos con mucha más seguridad.

"Si gracias a la competición hemos creado un producto que evita las úlceras por presión, y que yo vuelva a competir con seguridad en el Dakar, ahora tenemos que compartirlo con la sociedad"

Háblenos de su cojín Núbolo. Se ha convertido en un estándar, más allá de la competición. Su caso ha servido a la sociedad en general...

En 2009 fui al Dakar y tuve dos úlceras por presión. Estuve año y medio en la cama, y me dije que no iba a volver a competir para estar otra vez en esta situación. No es que sea mi invento, pero sí mi capacidad para explicar el problema que teníamos. En un encuentro con Josep María Lloreda, presidente de KH7, me dijo: 'Isidre, tenemos que volver al Dakar' y yo le dije que no podía porque no había en el mercado un producto que me permitiera ir al Dakar con seguridad. Lo que había hasta 2011 eran cojines de aire estático y yo le dije que necesitaba un cojín de aire dinámico, y me dijo '¿no hay nada de eso? Lo vamos a hacer'. 

Creamos un equipo multidisciplinar la necesidad y cómo hacerlo: el Hospital Vall d'Hebron, el CAR de Sant Cugat, empresas de automoción, maquinaria industrial, KH7 que pensó la parte química... Y luego socios que se fueron uniendo en un trabajo de siete años. El objetivo era inventar un cojín de aire dinámico y pensamos que el mejor banco de pruebas era la competición. Y dije que lo probaba yo, naturalmente. Estuvimos durante cuatro años corriendo el Campeonato de España de Rallies Todoterreno, probando el cojín, e íbamos con los ingenieros, mecánicos y demás a las carreras. Fue muy divertido. Cuando teníamos el primer prototipo, nos dijimos que para estar seguros teníamos que volver al Dakar para someter a este cojín a una carrera extrema y obtener resultados. Fuimos al de 2017 con el responsable de toda la parte médica recogiendo datos cada día. Terminé sin ninguna rojez en la piel: el cojín funcionaba. 

Isidre Esteve quedó postrado en una silla de ruedas por un accidente en 2007. Eso no le ha impedido seguir compitiendo al primer nivel, y de hecho ha usado el Dakar como 'laboratorio' de su cojín Núbolo, que ayuda a luchar contra las úlceras por presión que afecta a los que tienen que estar sentados siempre.

A partir de ahí, la Fundación Isidre Esteve ha hecho de paraguas y el patronato dijimos que no nos podíamos quedar ahí. Si gracias a la competición hemos creado un producto que evita las úlceras por presión, y que yo vuelva a competir con seguridad, ahora tenemos que compartirlo con la sociedad. 

Diseñamos tres versiones de Núbolo: uno que no lleva electrónica, uno dividido en cuatro zonas y otro que está dividido en ocho. Este producto ya está en el mercado. Es algo que nos enorgullece. Es un producto que me ha devuelto a la competición, que lo desarrollamos en la competición y que ahora podamos compartirlo con la sociedad para personas con diferentes necesidades (por eso hay tres versiones), es algo que está muy bien.

En tus circunstancias, ¿qué es lo que, físicamente, procuras cuidar más durante el Dakar?

La piel. No sigo ninguna pauta de medicación ni nada, de la lesión no he arrastrado nada. Desde que tuve las úlceras por presión, es lo que más miedo me da. Puede aislarte a nivel social de una forma increíble. Depende de dónde se produzcan, no te puedes sentar en una silla y si no te puedes sentar, tienes que estar estirado en una cama y eso implica estar aislado. Es lo que más miedo me da. El tema de la preparación física la tengo muy interiorizada. Siempre he entrenado, a tope. Pero de la lesión medular lo que más me preocupa es la piel. Todo lo demás, lo tengo muy pautado y todo funciona bien. No tengo problemas derivados.

"Desde que tuve las úlceras por presión, es lo que más miedo me da. Puede aislarte a nivel social de una forma increíble"

¿Cómo es estar 10 horas metido en un cubículo de pocos metros cuadrados junto a Txema Villalobos, su copiloto? Debe ser casi como un matrimonio...

Es un tema personal, claro. Convives con esta persona durante quince días y en muchas situaciones: cuando las cosas van bien y cuando no van tan bien. Cuando uno comete errores, los comete también el otro. Yo siempre digo que la persona que esté al lado, tiene que ser una buena persona. Honesta, con la que solo te mires y te entiendas. Es como tu pareja, pero no en la vida del día a día, sino en el coche. A partir de aquí hay que ser tolerante, tener cintura, darse margen... No todos hacemos las cosas bien siempre, y los errores se tienen que permitir y trabajar juntos y animarse. Divertirse y celebrarlo juntos. Hay que encontrar un equilibrio.

¿Ha hablado con Nasser (Al-Attiyah) o con Giniel (de Villiers), los líderes del equipo Toyota, para recibir consejos?

Hablamos en el rally de Andalucía, pero no muy en profundidad. Jordi Durán, que es el responsable de logística, es amigo mío desde pequeños, vivimos muy cerca, aunque él vive en Alemania. Compartimos mucho, claro. Con Álex Haro, copiloto de Giniel de Villiers, hemos hablado mucho del coche... Es un equipo en el que me encuentro bien y tengo confianza.

Usted ya es un veterano del Dakar, ¿cuánto nos queda de disfrutar de Isidre Esteve en competición?

Mientras exista la motivación. Ahí tenemos el caso de este tío que es muy bueno, que se llama Carlos Sainz. ¿Quién crees que va a ganar? Está otro y Carlos Sainz (risas). Hasta que la motivación esté ahí y tengamos el soporte del patrocinio. Mientras estén las dos cosas, vamos a estar ahí. Al final, el deporte es un estilo de vida. Yo no he hecho nada más en mi vida. Los coches, las motos, las carreras... Ahora estoy con la Fundación y llevo toda la parte de buscar recursos, institucionales y demás. Tengo un equilibrio, porque dedico una parte del tiempo a la Fundación y otro a la competición, y ya está bien. Que no pare esto, estamos bien. 

Entonces firmamos el top 10 para Jeddah a mediados de enero, ¿no?

Yo siempre digo que hay que marcarse como objetivo el 'top 10'. Hay que marcarse objetivos, porque si no, no sabes dónde estás. Nosotros queremos aspirar a estar ahí dentro.

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