Si suspender un examen es desalentador, imagínense hacerlo 27 veces. Eso es lo que ha vivido en sus propias carnes un hombre de Gloucester (suroeste de Inglaterra), que hizo todo lo posible para aprobar el examen de conducir, pero no tuvo suerte.

Algo que le llevó, según informa la prensa local, a pagar a un imitador 500 libras (algo más de 580 euros) para que se presentara en su lugar.

Sujon Miah, de 31 años, estaba desesperado, por lo que pagó esa cuantiosa cantidad de dinero a su cómplice, que realizó el examen en noviembre de 2018. 

Los empleados comenzaron a sospechar cuando se dieron cuenta de que la fotografía de la documentación que acreditó Miah no coincidía con la persona que estaba haciendo el examen, por lo que rápido desenmascararon al imitador y pusieron fin al plan del primero.

Así, Miah tuvo que pisar lo tribunales y ahí admitió haber pagado al otro hombre para que se presentara a la prueba.

Pero no contento con ese primer intento de hacer trampa, lo intentó una segunda vez. Sin embargo, y a pesar de que esta vez no fue cazado en un primer momento, el aprobado teórico fue revocado más tarde cuando salió a la luz la verdad sobre la prueba. Es decir, la trampa.

Miah se declaró culpable de dos cargos de fraude y fue condenado por el tribunal a dos años de prohibición de conducir y una orden de trabajo no remunerada de 200 horas. Además, tuvo que pagar 400 libras en concepto de costas judiciales.