3.730 euros han pagado de factura de la luz los dueños de una pizzería en Granada. Con las nuevas tarifas el recibo ha subido 1.500 euros en el último mes.

Para que el negocio funcione hace falta tener los hornos encendidos de once de la mañana a once de la noche y, en una gran parte de ese tramo, la luz está por las nubes. A esto se añade en verano el aire acondicionado, imprescindible para poder comer o cenar en el interior.

Tras más de un año y medio de pandemia que ha afectado seriamente a las cuentas del establecimiento, este recibo es un jarro de agua fría. El restaurante tiene diez empleados y los dueños dicen que así no salen los números.