La guerra de Rusia y Ucrania está llegando a múltiples sectores. No solo está afectando al mercado económico, por la escasez de ciertos productos, sino también al contenido que se puede consumir en internet. 

Vladimir Putin ha decidido cerrar determinadas redes sociales después de que Facebook e Instagram permitiera los mensajes de odio y muerte hacia él y los militares rusos.

Facebook e Instagram permitirán amenazas contra Putin y su ejército

Este movimiento llega después de que Meta, empresa de Mark Zuckerberg, etiquetara a los medios rusos por estar "ocultando información" sobre el conflicto. Y es que el flujo de información durante estas semanas ha estado claramente influenciado por la región, pues la Cámara Baja del Parlamento ruso declaró que las personas que distribuyeran "noticias falsas" -a su juicio- o tacharan el conflicto como una guerra podrían enfrentarse a penas de 15 años de prisión.

Por ello, Rusia, tras restringir Facebook y Twitter, ha bloqueado el uso de Instagram -pero no de WhatsApp- en el país y, para que los usuarios migren sus datos y fotos a otras redes sociales permitidas, se dio tiempo hasta este lunes 14 de marzo.

De este modo, los ciudadanos están viendo restringidas las informaciones que reciben, como las imágenes del bombardeo del hospital de maternidad en Mariupol. Pero hay algunos que, con esta decisión, también han perdido su manera de ganarse la vida: los influencers. Por ello, algunas creadoras de contenido rusas se han mostrado desoladas ante esta decisión.

"No tengo miedo de admitir que no quiero perderlo. No sé qué me depara el futuro. No lo sé", declaró entre lágrimas la influencer Olga Buzova, con más de 23 millones de seguidores en Instagram. "Solo he compartido mi vida, mi trabajo y mi alma. No hice todo esto como un trabajo para mí, esto es una parte de mi alma. Lo siento como una gran parte de mi corazón, y mi vida me está siendo arrebatada", continuó declarando, tal y como informa Insider.

El medio europeo Nexta también ha compartido el drama por el que está pasando otra blogger, rota de dolor por esta prohibición de su país. "¿Crees que para mí, como influencer en Instagram, esto es una fuente de ingresos? Para mí, es toda mi vida. Es mi alma. Es lo único con lo que me despierto, me duermo. Cinco años seguidos", lamentó.

Lo cierto es que las lágrimas de estas jóvenes rusas, que se pueden traducir en que han perdido su modo de ganarse la vida, están siendo tachadas de frívolas por muchos. Y es que, mientras ellas lloran por haber perdido sus cuentas de Instagram, los ciudadanos ucranianos han perdido mucho más que su fuente de ingresos, han perdido sus casas, sus ciudades y algunos incluso a seres queridos.