Con escasos minutos de retraso, el músico ha aparecido en el escenario con su siempre dispuesta sonrisa y saludando a un público preparado para saborear el estreno de una edición especial de 30 años ante un sobrio escenario a base de plafones de madera dando total protagonismo al piano Steinway.

Bajo una cámara cenital para que el público no perdiera detalle del baile de sus manos, el pianista ha desgranado durante dos horas su álbum grabado en el Salón de Los Espejos del Palacio de Versalles en junio de 2015, 'Lang Lang in Paris', disco editado por Sony.

DELICADEZ Y BRUTALIDAD

El recital ha sido brillante, con claroscuros exigidos por un guión muy variado en el que el pianista se ha movido como pez en el agua, armado con media sonrisa entre gesticulaciones tan delicadas como brutales sobre las teclas y flotando ajeno a un apasionado público.

El músico ha empezado abordando 'Las estaciones' de Piotr Illych Chakovsky, una colección de miniaturas en piano que recorren los 12 meses del año, y que han permitido a Lang Lang expresar infinitos matices, plasmando desde delicados y sugerentes silencios a imparables y contundentes 'allegros'.

En esta colección de meses musicales, tras hacer sonar un invierno introspectivo e intimista, con algún toque 'allegro' y una primavera más expresiva, uno de los momentos culminantes ha llegado con la entrada al verano, con sus manos correcaminos que han logrado arrancar un aplauso al auditorio.

Después, Lang Lang ha expresado la pesadumbre del otoño dándole a esta colección de Chaikovsky brillantez e inspiración, además de una sentida nostalgia, en la que su velocidad de crucero se ha interpuesto a los aplausos del público siguiendo imparablemente hacia adelante.

Tras una breve pausa, Lang Lang ha impresionado a un atento auditorio con 'Cuatro Scherzi', de Frédéric Chopin a juzgar por el torrente de bravos proyectados por el público.

Este tramo ha sido de nuevo tan delicado como contundente, pero sobre todo rápido y preciso, impregnado de notas muy variadas acosadas con simpatía, a ratos, por los sonidos de las tradicionales fieras del certamen, a saber cigüeñas y gatos.

Los aplausos han sido tan evidentes que el músico ha regalado hasta tres bises a sus fans: 'Intermedio', de Manuel Ponce y 'La negra bailaba', de Ernesto Lecuona, terminando con un popular as en la manga: 'Rondo alla turca', de Wolfgang Amadeus Mozart, que ha hecho levantar al aforo por completo.

Han asistido al recital la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, además de los consellers Santi Vila y Jordi Baiget, entre otros.

Este concierto ha sido el primero de una retahíla de recitales que se prolongarán hasta el 16 de agosto con nombres como Seal, Diana Krall, Ruggero Raimondi, Sondra Radvanovsky, Eva-Maria Westbroek, Marcelo Álvarez, Carlos Álvarez y Ambrogio Maestri, entre muchos otros.