La Guardia Civil ha descubierto en el barranco del Hornillo, en la Sierra de Lújar, la mayor plantación de cannabis sativa de las descubiertas en la provincia de Granada en los últimos años, con un total de 5.160 plantas, y ha detenido a su propietario, un pastor conocedor de la zona.

Se trata de un vecino de Castell de Ferro (Granada), de 57 años, con numerosos antecedentes policiales, al que se le considera presunto autor de un delito de cultivo y elaboración de droga y por un delito de tenencia ilícita de armas, informa el Instituto Armado en una nota.

La Guardia Civil descubrió que el detenido, que carece de licencia de armas, ocultaba junto a la plantación, entre unos sacos, una escopeta de caza de calibre 12 que había sido robada en Madrid en el año 1988.

Los agentes del Área de Investigación de la Compañía de Motril averiguaron que el individuo ahora detenido se dedicaba al cultivo de cannabis sativa y a la posterior elaboración de marihuana. Lo complicado de la investigación, no obstante, fue averiguar dónde tenía la plantación.

Al ser pastor, el detenido conoce perfectamente la Sierra de Lújar y aprovechó uno de los lugares donde conducía el ganado para abrevarlo, para crear un sistema de riego por goteo utilizando el agua del abrevadero y conducirla hasta distintos bancales en los que había plantado el cannabis.

Estos bancales estaban separados unos de otros y distribuidos a lo largo del barranco, y estaban protegidos de la vista por la propia orografía del terreno y por la abundante vegetación. El detenido había dispuesto las plantas en distintas fases de crecimiento para asegurarse varias cosechas a lo largo del año.

Una vez localizadas las plantas, los guardias civiles se afanaron en desmantelar la plantación, con la dificultad añadida de que tuvieron que transportar las más de 5.000 plantas campo a través, durante más de un kilómetro, hasta el camino más cercano.

Además de las plantas y de la escopeta robada descubiertas, los agentes también intervinieron al detenido productos fitosanitarios específicos para el cultivo del cannabis, 1.000 maceteros en los que ya crecían los primeros brotes de una futura plantación y un tarro con numerosas semillas.