Entre 100.000 y 400.000 aves silvestres son capturadas cada año de forma ilegal en España

El pinzón vulgar es un ave migratoria que prefiere para vivir las zonas boscosas, aunque también puede verse en parques y jardines.
El pinzón vulgar es un ave migratoria que prefiere para vivir las zonas boscosas, aunque también puede verse en parques y jardines.
Juan_e / Flickr
El pinzón vulgar es un ave migratoria que prefiere para vivir las zonas boscosas, aunque también puede verse en parques y jardines.

La captura y muerte ilegal de aves sigue siendo una importante amenaza en el continente europeo. Según las estimaciones de la coalición BirdLife International, de la que SEO/BirdLife es la parte representante en España, entre 0,4 y 2,1 millones de individuos mueren ilegalmente cada año en el norte y el centro de Europa, y en la región del Cáucaso.

Con estas cifras, la federación ambiental completa la panorámica de la caza y captura ilegales de aves que inició con su análisis en la región mediterránea, donde mueren cada año por esa causa unos 25 millones de ejemplares. En España, se calcula que entre 103.000 y 405.000 aves son capturadas o aniquiladas ilegalmente cada año.

Según la investigación, titulada The Killing, el 66% de las 457 especies nativas del continente europeo se exponen cada año a la captura o la muerte mediante prácticas ilegales. En términos cuantitativos, las aves acuáticas y las aves marinas son las más afectadas por esta problemática.

Por ejemplo, la focha común –también presente en España– pierde una media de 100.000 individuos cada año por este tipo de prácticas. Le siguen las especies de paseriformes, los pájaros cantores. De hecho, el gorrión común, el pinzón vulgar y la curruca capirotada, todas ellas también presentes en la península ibérica, son las especies con mayor mortalidad en Europa.

El caso de la curruca capirotada es especialmente significativo, dado que también ocupa los primeros puestos de mortandad en el área mediterránea, con la pérdida de entre 1,2 y 2,4 millones de ejemplares cada año.

Las palomas y las tórtolas, como la amenazada tórtola europea, tampoco se escapan a esta problemática, especialmente grave en el caso de especies amenazadas. El sisón común, declarada Ave del Año en 2017 por SEO/BirdLife debido a su alarmante declive poblacional, pierde potencialmente un promedio del 10% de toda su población mundial por muertes ilegales en Europa y el Cáucaso cada año.

La segunda parte de The Killing ha estudiado las prácticas ilegales en 28 países firmantes de la Convención de Berna para la Conservación de Fauna y Hábitats de Europa, 19 de los cuales forman parte de la Unión Europea y que, por tanto, están obligados a cumplir con la legislación comunitaria en este ámbito. De acuerdo con el análisis de BirdLife International, la mayor parte de las prácticas ilegales tienen un interés puramente recreativo.

La federación ambiental llama la atención sobre las habituales infracciones en países como Hungría o Polonia, donde la legislación comunitaria en materia cinegética no se ha implementado correctamente. Este fenómeno da pie a incrementar la impunidad con la que cuenta este delito, que Bruselas trata de paliar por la vía de amonestaciones y la apertura de procedimientos de infracción.

Las rapaces, el grupo con más especies afectadas

El grupo de aves con más especies afectadas por las prácticas ilegales son las rapaces, de las que mueren entre 15.000 y 68.500 individuos cada año. Solo una de las 52 especies de rapaces que habitan la zona, el elanio común, se salva de esta masacre que afecta especialmente al busardo ratonero, que se estima que pierde cada año cerca de 10.000 ejemplares. BirdLife también muestra su preocupación por el amenazado aguilucho papialbo, que pierde en torno al 20% de su población en la UE cada año.

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