Fernando Andina: "Intenté captar la esencia del rey sin hacer una caricatura"

  • El actor Fernando Andina da vida al príncipe don Juan Carlos en la película 'De la ley a la ley' (miércoles 6 de diciembre a las 22.40 en La 1).
  • El filme cuenta la historia de Torcuato Fernández-Miranda "el guionista de la transición" y principal consejero del príncipe Juan Carlos desde 1960.
El actor Fernando Andina (dcha) y Gonzalo de Castro (izda) como el príncipe don Juan Carlosy Torcuato Fernández-Miranda en la película 'De la ley a la ley'.
El actor Fernando Andina (dcha) y Gonzalo de Castro (izda) como el príncipe don Juan Carlosy Torcuato Fernández-Miranda en la película 'De la ley a la ley'.
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El actor Fernando Andina (dcha) y Gonzalo de Castro (izda) como el príncipe don Juan Carlosy Torcuato Fernández-Miranda en la película 'De la ley a la ley'.

El actor Fernando Andina da vida al príncipe don Juan Carlos en la película De la ley a la ley (miércoles 6 de diciembre a las 22.40 en La 1) un film que cuenta la historia de Torcuato Fernández-Miranda (al que da vida Gonzalo de Castro)  "el guionista de la transición", un hombre clave de transición, asesor personal de Juan Carlos I.

Principal consejero y preceptor del príncipe Juan Carlos desde 1960, presidente del gobierno en funciones a la muerte de Carrero y presidente de las Cortes tras la muerte de Franco, Fernández-Miranda fue un hombre del que apenas se ha hablado, como destaca Fernando Andina.

No llegó a vivir esa época, qué sabía antes de esta serie, ¿cuáles son sus primeros recuerdos?

Mis primeros recuerdos políticos eran del golpe de Estado del 23-F. Recuerdo enterarme, saber que pasaba algo grave, pero tendría como cinco años o así. Luego recuerdo la victoria del PSOE en 1982. Pero de la Transición no recuerdo nada, nací en el 76, cuando ya se había iniciado.

¿Cómo es meterse en la piel de un príncipe y luego rey?

Ha sido todo un viaje. No es un personaje cualquiera, todos lo tenemos en mente, muy reconocible con una forma de moverse y hablar muy particulares. Intenté captar su esencia sin hacer una caricatura.

Cuando se enfrenta a un personaje histórico y además vivo, ¿hay que imitarle o se le da un carácter propio?

No soy un buen imitador en general, por eso mi primera reacción al proyecto fue decir que no, me daba pánico. Pero Silvia Quer, la directora, y me convenció haciéndome ver que ella necesitaba un actor que le diera al personaje la preocupación del momento, las emociones de esas horas y días tensos y tan difíciles, donde un golpe de Estado era algo que podía ocurrir cualquier día.

¿Y al final qué hizo?

Me decidí por intentar captar la esencia del personaje, por lo menos en dejes reconocibles en la forma de hablar y de mirar, por lo menos en aquella época, que no había cumplido aún los cuarenta años.

¿Cómo se documentó?

Afortunadamente yo comencé estudiando Historia a la vez que Arte Dramático, aunque luego me quedé con la segunda, pero la Historia y la Transición son algo que siempre me ha interesado. Sólo tuve dos semanas para preparar la película, pero me pilló con los deberes hechos. Sabía de qué hablaba y de quién hablaba.

 Y sin embargo el protagonista no es muy conocido...

A Torcuato le tenía menos controlado, como todo el mundo, porque él era de perfil bajo. Pero para eso está Google y los documentales.

¿Qué cree que pensará don Juan Carlos cuando lo vea?

Si no lo ha visto ya, porque tengo entendido que no se pierden nada de esa época. Cuando se hizo 23-F: El día más difícil del Rey recibieron en palacio al equipo y les premiaron. Están muy al tanto. Creo que les gustará esta película porque es un reconocimiento a Torcuato Fernández-Miranda, al que el rey emérito le guarda mucho cariño, respeto y admiración, porque fue su consejero desde los años 60.

Le sentaba bien el uniforme, ¿se lo ha quedado?

No, pero siempre me quedo alguna cosa de mis personajes. Puede ser una prenda, un reloj de cadena... Y de este personaje me quedé con una pitillera, que aunque cambiara de vestuario siempre llevaba encima el personaje.

Y es que en aquella época se fumaba mucho...

Fumaban como carreteros, estaban todo el día fumando. Yo que había dejado de fumar... (risas). Pero no he vuelto a caer, a pesar de que la directora me decía que no hacía falta que lo hiciera de verdad, que podían hacer planos con el cigarro, sin que tuviera que aspirar, pero dije que no, que lo hacía y que lo iba a dominar.

¿Cómo ha sido la química con Gonzalo de Castro?

Va a sonar a tópico hablar bien de un compañero, pero es que en este caso además de ser un actor enorme ha resultado ser un compañero cojonudo. Él me veía asustado al principio de la peli y se acercaba todo el rato y me susurraba "está de puta madre, no te juzgues" y me ayudó muchísimo. Y además es de los tíos más graciosos con los que he trabajado en mi vida, siempre haciendo coñas y diciendo tonterías, relajando el ambiente.

¿Qué le parece el cuestionamiento que algunos hacen hoy de la Transición y el régimen democrático que se gestó entonces?

Está de moda darle cera a la Transición. Lo cierto es que no fue perfecta, porque no lo fue, pero dadas las circunstancias, de dónde veníamos y cómo se acabó en poco tiempo, creo que no se hizo tan mal como algunos cuentan ahora. No estuvo nada mal y de hecho se estudia fuera de España. ¿Qué hubo personajes del régimen tenía que haber desaparecido más del espectro político? Seguro. Pero que podría haber sido peor... también. Se cuenta en la peli.

¿Hacen falta políticos como Torcuato Fernández-Miranda?

Sí, porque era capaz de escuchar y de poner el interés general por encima del suyo, cosa que ahora es harto complicado de ver en los políticos de hoy en día. Cuando cumplió su misión, a pesar de todo el poder que tenía, se echó a un lado.

¿Qué ha aprendido de esta serie?

A nivel personal, que las cosas hay que hacerlas, aunque te den miedo. No hay que hacer sólo las cosas en las que uno está cómodo o en las que piensas que van a salir bien. Las cosas se hacen y punto.

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