València atendió en sus calles a 180 víctimas de prostitución y trata en 2017

  • Cáritas constata en un informe que la realidad del fenómeno "no ha mejorado" en los últimos años.
  • Un plan conjunto del Ayuntamiento y otras entidades impulsa 1.300 intervenciones con mujeres en la calle.
  • El programa ha fomentado 25 inserciones en el mercado laboral de mujeres explotadas sexualmente.
Imagen de archivo de dos prostitutas.
Imagen de archivo de dos prostitutas.
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Imagen de archivo de dos prostitutas.

"Constatamos que la realidad de la prostitución y la trata no ha mejorado en los últimos años". Este es el diagnóstico que hace Cáritas sobre el fenómeno de la explotación sexual de mujeres en las calles de València. La entidad asistencial realiza un programa de intervención llamado Jere-Jere financiado por el Ayuntamiento de València, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la propia entidad a través de fondos propios para atender de forma integral y ofrecer alternativas de inserción y de dignificación de sus vidas.

Tras 15 años en vigor, la entidad ha detectado un aumento de las mujeres españolas que entran en el mundo de la prostitución "para sacar adelante a sus familias", si bien el perfil mayoritario es el de inmigrantes, procedentes en su mayor parte del África subsahariana, y en menor medida de Europa del Este.

La violencia de género es el germen de un fenómeno social que, en el caso de estas mujeres, se convierte en "máxima expresión de la desigualdad", explica. Según figura en la memoria justificativa del programa entregada al Consistorio, el proyecto permitió atender el pasado año 2017 a unas 180 mujeres, con una veintena de contactos cada noche en las calles de València. Las necesidades cubiertas por las más de 1.300 atenciones tienen que ver tanto con el ámbito de la salud como con la tramitación de permisos de residencia, formación, vivienda y otros aspectos como la educación de sus hijos.

En el caso de las mujeres nigerianas, que suponen el 80% de las que se encuentran los técnicos de la organización en las calles, existe además un alto grado de analfabetismo incluso en su idioma materno, "lo que retrasa aún más su incorporación a procesos de aprendizaje de habilidades sociales básicas y, posteriormente, de formación prelaboral", según se recoge en el documento. Se trata, explican, de un trabajo "lento y muy individualizado" y de un proceso "muy a largo plazo" que requiere un equipo de recursos humanos estable y especializado.

Uno de los aspectos más positivos es la consecución de inserciones laborales, que en el programa de 2017 ascendieron a 25 casos (21 de ellos con contratos entre tres y seis meses y otros cuatro con inserciones en la empresa Cáritas-Koopera).

La metodología se basa en salidas a la calle para aproximarse a las mujeres que están en situación de prostitución o que son víctimas de trata. Una vez establecido el contacto, se establece una relación con ellas para conocer sus necesidades y posibilidades, así como su disposición al cambio a través de procesos de motivación y de fomento de su progresiva autonomía y capacidad de toma de decisiones. Después, se desarrollan itinerarios de acompañamiento y de acercamiento a los recursos sociales (sanitarios, jurídicos, educativos, laborales, de vivienda...). Finalmente, se entra en una fase de consolidación y afianzamiento de los cambios con el objetivo de incorporarse a un nuevo modo de vida y romper con el círculo de explotación sexual o prostitución.

La concejala de Igualdad y Políticas Inclusivas, Isabel Lozano, destaca "la atención integral y, sobre todo, muy individualizada" que el programa presta "a cada una de las mujeres que se encuentran en situación de prostitución o que son víctimas de trata para la explotación sexual en la ciudad". Lozano pone énfasis en "los cuatro casos de mujeres que han sido rescatadas de su situación de víctimas de trata, y han salido de esta red, de esta mafia que vulnera absolutamente el derecho de las mujeres". La concejala destaca el nuevo protocolo de intervención , ya que, explica, "a las administraciones les cuesta mucho poder llegar a contactar" con estas mujeres "porque sufren una situación de exclusión".

Un nuevo protocolo

El Ayuntamiento de València impulsó en 2016 la Coordinadora para la inclusión de personas en situación de prostitución y trata. De este organismo, integrado por entidades sociales, ha surgido un nuevo protocolo de intervención para las víctimas de explotación sexual en la ciudad. La finalidad de este instrumento es mejorar la intervención que realizan las diferentes entidades participantes en la detección, indetificación, derivación, asistencia y protección de las víctimas de explotación sexual en la ciudad, y pone especial atención en las mujeres y niñas.

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