Tipos de carriles bici: ventajas e inconvenientes para el ciclista

  • Los carriles bici son un tipo de medidas de protección frente a otros vehículos más grandes y pesados.
  • La bicicleta está considerada como un vehículo más en el reglamento de circulación, y como tal su conductor debe cumplir las mismas normas.
El carril acera-bici está diseñado sobre la misma acera, señalizado como tal y para uso exclusivo de usuarios de bicicletas. En este tipo de carriles el problema principal es que no siempre son respetados por peatones ni por otros conductores en el momento de un cruce.
El carril acera-bici está diseñado sobre la misma acera, señalizado como tal y para uso exclusivo de usuarios de bicicletas. En este tipo de carriles el problema principal es que no siempre son respetados por peatones ni por otros conductores en el momento de un cruce.
EUROPA PRESS
El carril acera-bici está diseñado sobre la misma acera, señalizado como tal y para uso exclusivo de usuarios de bicicletas. En este tipo de carriles el problema principal es que no siempre son respetados por peatones ni por otros conductores en el momento de un cruce.

Cada vez más usuarios deciden utilizar la bicicleta como medio de transporte alternativo al coche o al transporte público. La bicicleta está considerada como un vehículo más en el reglamento de circulación, y como tal su conductor debe cumplir las mismas normas, pero tampoco hay que olvidar que el conductor de una bici es un usuario vulnerable que debe ser especialmente protegido.

Una de las medidas de protección frente a otros vehículos como turismos, furgonetas, camiones o autobuses son los carriles bici. Los más familiares para la mayoría de usuarios de las vías son los que están señalizados sobre las aceras, los que discurren por espacios abiertos naturales y los que se han creado en paralelo a una carretera, pero separados del resto de la calzada.

Pero el aumento de ciclistas en zonas urbanas ha provocado una reorganización de calles y la aparición de nuevos carriles bici o vías ciclistas, con voces a favor y en contra, siempre encaminadas a una mejor convivencia entre los ciclistas y el resto de conductores.

La Ley de Tráfico hace referencia a seis tipos de vías especiales para usuarios de bicicletas:

  • Vía ciclista: especialmente acondicionada para el tráfico de bicicletas, señalizadas como carril bici. Deben contar con señalización horizontal y vertical, y con un ancho de carril suficiente para el paso seguro de estos vehículos.
  • Carril bici: se trata de una vía ciclista que discurren en paralelo a una calzada–ésta puede ser de uno o doble sentido-.
  • Carril bici protegido: se diferencia del resto porque cuenta con elementos laterales de protección específicos que lo separan del resto de la calzada o acera.
  • Carril acera-bici: es un carril diseñado sobre la misma acera, señalizado como tal y para uso exclusivo de usuarios de bicicletas. En este tipo de carriles el problema principal es que no siempre son respetados por peatones ni por otros conductores en el momento de un cruce.
  • Pista bici: carril separado del tráfico motorizado y con un trazado independiente (no tiene por qué ir en paralelo).
  • Senda ciclable: discurre por espacios abiertos como parques, jardines,bosques… de forma separada del tráfico motorizado y compartida por ciclistas y peatones.

¿Qué tipo de carril bici es mejor o peor para la seguridad del ciclista?

Sobre las vías ciclistas urbanas han surgido variaciones y hoy  día oímos hablar de carriles segregados que discurren de forma separada al resto de la calzada –por diversos tipos de elementos- y a los que acompaña otro carril limitado a 30 km/h para el resto de vehículos. No todos los ciclistas están de acuerdo en que sea un sistema seguro. ¿Razones? Son varias. Al estar situados en el lado derecho, pegados a las plazas de aparcamiento, no son pocos los ciclistas que han sufrido daños porque algún usuario ha abierto la puerta de su coche sin mirar por el espejo retrovisor. A esto se suma que no siempre son respetados y los ciclistas acaban teniendo que sortear coches en doble fila o peatones cruzando por donde no es debido con el peligro que ello conlleva.

Para evitar estos riesgos, algunos ayuntamientos, como el de Madrid, han instalado carriles bici en el lado izquierdo de la calzada, pero aquí nos encontramos con otro problema: son peligrosos cuando los ciclistas deben girar a la derecha en un cruce.

Otra solución utilizada en determinadas zonas y barrios de las ciudades es crear ciclocalles. Son calles donde la preferencia la tiene el ciclista o por donde pasa un itinerario ciclista, normalmente señalizado con líneas discontinuas en el centro de la calzada o hacia el centro-derecho para evitar adelantamientos peligrosos o caídas por la apertura de puertas.

En general, el colectivo ciclista lamenta que muchos de los accidentes en ciudad tienen lugar en los desplazamientos laterales de los vehículos, en los que se llevan por delante al ciclista porque no le ven.

De igual modo, también son muchos los ciclistas que consideran que los carriles limitados a 30 km/h compartidos por vehículos motorizados son preferibles porque integran a la bicicleta como un usuario más y permiten a éstas circular por el centro de los carriles, haciéndolas más visibles. Consulta en este enlace qué son y dónde están las rutas ciclistas protegidas.

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