Acuerdo en España para explicar cómo y por qué se usan un millón de animales al año en experimentos científicos

  • Uno de los objetivos es que se acepte mejor el uso de animales por parte de laboratorios, algo que genera gran rechazo social
  • Más de 120 instituciones ya se han adherido. España es el segundo país europeo en tener una iniciativa de transparencia.
Ratón preparado para la experimentación de un aerosol.
Ratón preparado para la experimentación de un aerosol.
GTRES
Ratón preparado para la experimentación de un aerosol.

Más de 120 instituciones españolas se han adherido ya al Acuerdo de transparencia sobre el uso de animales para la experimentación científica, lo que convierte a España en el segundo país de Europa, por detrás del Reino Unido, y en uno de los primeros del mundo en contar con un pacto de este tipo.

El acuerdo, promovido en 2016 por la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), pretende mejorar la comunicación entre la sociedad y los sectores involucrados en el uso de animales con fines científicos.

Básicamente, el acuerdo recoge cuatro compromisos: hablar con claridad sobre cuándo, cómo y por qué se usan animales, proporcionar información adecuada a los medios de comunicación y al público, promover iniciativas para que la sociedad comprenda y acepte mejor el uso de animales en los laboratorios y poner en común las experiencias desarrolladas entre todos.

El objetivo principal, ha recordado la investigadora del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y vocal de la Cosce, Margarita del Val, es explicar y convencer a los ciudadanos de la importancia y los "tremendos beneficios" que ha traído la experimentación a los seres humanos y "cómo, gracias a ella, hemos aumentado y mejorado nuestra esperanza de vida".

Y es que, hasta hace poco existía entre los científicos un "miedo justificado" a la hora de hablar sobre el uso de animales en la investigación por el rechazo social que genera esta práctica, especialmente en países como Reino Unido o Francia, que son mucho más críticos con este aspecto, ha puntualizado el investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y miembro de la COSCE, Lluís Montoliu.

Según la encuesta, aunque la ley solo obliga a los centros de investigación a facilitar las estadísticas del uso de animales al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (el antiguo Mapama), el 78% de las organizaciones han ido más allá y han puesto en marcha acciones voluntarias para informar a la sociedad sobre por qué, cómo y para qué usan animales en sus investigaciones.

Además, la mayoría de los centros han puesto en marcha iniciativas destinadas a mejorar la transparencia, desde abrir sus animalarios al público general, dar charlas en centros educativos o participar en eventos locales en apoyo a la investigación.

Entre 2009 y 2016, el uso de animales en laboratorios se ha reducido significativamente gracias, en gran medida, a la directiva que obliga al fomento de las 3R, es decir, a reemplazar animales por otras técnicas siempre que sea posible, a reducir al mínimo su uso en los laboratorios y experimentos y al refinamiento de los métodos empleados en la investigación, ha puntualizado Montoliú.

Según los últimos datos del Mapama, en 2016, los laboratorios de nuestro país utilizaron cerca de un millón de animales en experimentos, la mayor parte relacionados en la investigación del cáncer y las enfermedades cardiovasculares.

Poco más de la mitad de estos animales (539.000) eran roedores, y sólo una pequeña parte (228 ejemplares) fueron macacos, lo que supone el 0,02 por ciento del total.

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