Rodríguez-Martín, participante en el estudio del genoma del cáncer: "La cura es una quimera, pero se podría prevenir"

Bernardo Rodríguez-Martín, en el laboratorio de la Universidad de Santiago de Compostela.
Bernardo Rodríguez-Martín, en el laboratorio de la Universidad de Santiago de Compostela.
El Fielato y El Nora
Bernardo Rodríguez-Martín, en el laboratorio de la Universidad de Santiago de Compostela.

Entre el millar de investigadores responsables del mayor estudio sobre el genoma del cáncer se encuentran Bernardo Rodríguez-Martín y sus compañeros en la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Los científicos que han participado en el proyecto internacional que ha dado lugar al retrato más completo de cómo surge cada tipo de tumor trabajaron en distintos grupos, cada uno de los cuales se centró en un aspecto de dicho genoma.

Este asturiano, primer firmante del trabajo en el que se centró su equipo, destaca la gran labor de coordinación realizada por el consorcio Pan-Cáncer, paraguas bajo el que han estado unidos: "Para entender realmente las causas genéticas de todos los cánceres estudiados hubo que poner en común los estudios de todos los investigadores. Debido a toda la complejidad que tiene el genoma del cáncer, esto no habría sido posible sin esa colaboración. El trabajo conjunto fue lo que permitió hacer estos descubrimientos". 

Rodríguez-Martín forma parte del grupo Genomas y Enfermedad del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la USC, dirigido por José M.C. Tubío. Este equipo lleva desde 2010 desarrollando "algoritmos biolinfáticos" dirigidos al estudio del ADN basura.

¿En qué han trabajado ustedes? Nuestro grupo se encargo de analizar el papel de unas secuencias que están en nuestro genoma, conocidas como genes saltarines, cuyo papel en el cáncer no se sabía muy bien porque la mayor parte de las investigaciones hasta la fecha no se centraron en su estudio. Nosotros lo hicimos porque por primera vez, en este proyecto se pudo analizar el genoma completo de 3.000 pacientes y utilizamos toda esa información para estudiar el papel de estas secuencias. Vimos que son capaces de saltar de un punto del genoma a otro, que durante estos movimientos producen pérdidas masivas de miles de bases en algunos cromosomas y que estas pérdidas, estas mutaciones, en ocasiones producen la pérdida de genes supresores tumorales, que es lo que hace que la célula se desregule, se comporte de manera egoísta y se genere el cáncer.

¿Qué son los retrotransposones? Sí, son estas secuencias, estos genes saltarines. Es como se conocen. Se pensaba que no eran importantes y que forman parte de lo que se llama ADN basura pero con este estudio hemos visto que en ciertos casos, especialmente en cánceres de cabeza y cuello, de pulmón y de esófago, esos retrotransposones se pueden movilizar mucho, provocar esas pérdidas, esas mutaciones masivas de los genomas, y producir la enfermedad. 

¿Qué beneficios va a tener este estudio? Tiene implicaciones a varios niveles. Por un lado, a nivel de prevención, porque estas mutaciones causadas por estos genes saltarines son debidas al movimiento de un número pequeño de copias que algunos de nosotros tenemos en nuestro genoma. Se podrían desarrollar, y es algo en lo que se está trabajando, test genéticos para determinar si tienes una de estas copias altamente mutagénicas y mantenerte bajo vigilancia, porque si esa copia se activa puede provocar este tipo de mutaciones y puede hacer que desarrolles un tumor. Por otro lado, a nivel de tratamiento, y es otra línea de investigación en la que el grupo está interesado. El desarrollo de algún tipo de fármaco, de tratamiento retroviral, como se utiliza por ejemplo para el VIH, que es causado por un virus. Estas secuencias se comportan de forma muy similar a los virus, son una especie de parientes lejanos. Por tanto se podrían desarrollar tratamientos similares para bloquearlas. 

Esta investigación abre la puerta a tratamientos personalizados. Desde luego. El campo de la genómica del cáncer y el tratamiento contra el cáncer van orientados al tratamiento personalizado en base a las mutaciones que una persona tiene en su genoma. Administrarle un medicamento que sea efectivo, que vaya directamente a las células tumorales, las elimine y tenga la mínima cantidad de efectos secundarios.

¿Con personalizado hablamos incluso de paciente por paciente? Se podría llegar a ese nivel aunque hay un paso intermedio que es al que creo que se llegará a corto plazo: los subconjuntos, grupos de pacientes que tienen las mismas mutaciones o similares para los cuales se sabe que un tratamiento funciona y aplicárselo. Es algo que ya se está realizando pero desafortunadamente para ciertos tipos de cánceres no existe. Creo que a corto plazo ese es el camino y a largo plazo se puede llegar incluso a desarrollar tratamientos personalizados en cada hospital.

Los retrotransposones y su papel en el desarrollo de células tumorales.
Los retrotransposones y su papel en el desarrollo de células tumorales.
Henar de Pedro

Se han analizado 38 tipos de cánceres, ¿esto abarca prácticamente todo el espectro? Hay muchos más pero los más comunes, los que suponen el grueso de pacientes en el mundo, están incluidos.

¿Estos resultados benefician más a alguno que a otro? Los descubrimientos que se obtuvieron en este estudio fueron relevantes para todos los tipos.

Cada uno tiene su especificidad pero presentan características comunes. Sí. Lo que el estudio permitió ver es que hay cosas en común y cosas que los hacen muy distintos. El proceso mutacional que descubrimos nosotros por ejemplo es particularmente relevante en ciertos tipos y otros procesos mutacionales en los que trabajaron otros compañeros son relevantes en otros. El estudio dio por primera vez una imagen global del cáncer y permitió entender qué hace uno distinto de otro y qué lo hace similar.

¿Cuándo podrá llegar todo esto a la clínica? Hay cosas que ya tienen una aplicación inmediata a corto plazo, como sería la estratificación de los pacientes en base a su perfil genético. Si hablamos de medicina personalizada a nivel de paciente, va a tardar más tiempo, probablemente unos diez años.

¿Cuál es el siguiente paso? La comunidad científica está moviéndose hacia el estudio, no solo de las mutaciones que ocurren en los tumores, sino de aquellas que ocurren en nuestros tejidos mientras envejecemos, en las personas sanas, para después conectarlo con todo tipo de enfermedades. Porque al final el cáncer es una enfermedad del envejecimiento, causada por las mutaciones que adquieren nuestras células. Entender mejor por qué y con qué frecuencia ocurren nos van a permitir entender mejor por qué se produce el cáncer.

El doctor José M.C. Tubío (en el centro) y su equipo de la USC.
El doctor José M.C. Tubío (en el centro) y su equipo de la USC.
USC

¿Qué papel juegan los factores ambientales? Hay un factor que es la suerte pero por supuesto que hay factores ambientales muy determinantes, sobre todo en ciertos tipos de cánceres. Es más que conocido que fumar incrementa las posibilidades de sufrir un cáncer de pulmón. Un estudio muy reciente determina que personas que fuman y que todavía no tienen cáncer tienen en sus pulmones muchísimas más mutaciones que los no fumadores. También se conoce que otro tipo de factores, como los virus, pueden causar cáncer.

¿Se puede decir que hoy estamos más cerca de curar esta enfermedad? Hablar de una cura contra el cáncer me parece una quimera. Al final es una enfermedad del envejecimiento y creo que siempre va a estar ahí, en cualquier especie. Creo que con el tiempo vamos a ser capaces de identificarlo muy muy pronto y de actuar, de aplicar esos fármacos personalizados, en sus fases iniciales, y evitar que pueda desarrollarse y pueda llegar a suponer un grave problema para la salud.

¿Llegar a que sea una enfermedad crónica? Exacto. Se podría prevenir, tratar a tiempo, y en algunos casos se podría bloquear del todo o cronificarla gracias a los tratamientos.

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