La historia que ha acabado con la carrera política de Josef Szajer tiene muchos detalles, y cada cual más sorprendente. La Policía belga interrumpió el viernes pasado una orgía en el centro de Bruselas en la que participaban veinticinco hombres, entre ellos un eurodiputado y varios diplomáticos. Allí estaba Szajer, que pertenecía hasta este fin de semana al partido ultraderechista Fidesz, que lidera el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. La línea marcada lleva los últimos años siendo muy clara: homofobia, xenofobia y autoritarismo. Y a ella se sumó Szajer. 

Era la mano derecha de Orbán en Bruselas, pero ya no. Es más, él personalmente reescribió la Constitución húngara hace poco para incluir la siguiente línea: "Hungría protegerá la institución del matrimonio como unión de un hombre y una mujer". Después de los hechos, renunció a su carrera política y reconoció que había estado en la orgía. Eso sí, quiso dejar claro que la droga que los agentes encontraron "no era suya". Pero Szajer trató de huir del lugar escalando por una tubería, según han apuntado varios medios. Una vez que le frenaron aseguró que tenía "inmunidad diplomática".

Jozsef Szajer era eurodiputado desde el año 2004, y es uno de los más firmes defensores de las políticas de Orbán -es fundador del partido-, calificadas en muchas ocasiones de autoritarias. De hecho, el Gobierno húngaro ha planteado estos días una reforma de la Constitución para prohibir la posibilidad de modificación legal del género asignado en el nacimiento. Las asociaciones LGTBI ya han denunciado un nuevo ataque al colectivo.

El Gobierno de Hungría se encuentra en el disparadero por el veto de Orbán al fondo de recuperación. El primer ministro, igual que su homólogo polaco, rechazan que se vinculen las ayudas poscovid al cumplimiento del Estado de derecho. Tanto Hungría como Polonia están señaladas desde hace tiempo, y han sido amenazadas con suspenderse su voto en el Consejo Europeo (artículo 7 de los Tratados). Además, Fidesz está suspendido en el PPE.

"Lamento profundamente haber violado las restricciones por la Covid-19, fue irresponsable por mi parte y estoy dispuesto a asumir la multa que conlleve", añadió Szajer en un comunicado. "Con mi renuncia el domingo extraje las conclusiones políticas y personales". Cabe recordar que en Bélgica, entre otras medidas, hay toque de queda a partir de las diez de la noche.

"Les pido que evalúen este paso en falso teniendo en cuenta mis 30 años de trabajo duro y dedicado. El tropiezo fue estrictamente personal y soy el único responsable por ello", comentó.