La escuela busca enseñar lo que Google no responde: "El conocimiento no se devalúa, cambia lo que se aprende"

  • El currículo competencial pretende que los alumnos sean capaces de aplicar los conocimientos en diferentes contextos.
Coronavirus.- La Junta detecta un aumento del absentismo escolar de 84 alumnos respecto al año anterior
Alumnos durante una clase.
Eduardo Parra - Europa Press
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Un currículo competencial e interdisciplinar. Aprendizajes imprescindibles y deseables. Un perfil de salida a los 16 años. Una enseñanza más personalizada. Estas son algunas de las premisas que configuran el sistema educativo español que pretende impulsar la última reforma. La ley Celaá se ha propuesto llevar a cabo una "modernización" que no solo consiste en actualizar los contenidos sino en modificar los criterios a partir de los que se seleccionan. Pero, ¿qué y cómo van a estudiar nuestros niños y jóvenes?

Hace 20 años que la UE y la OCDE plantearon el objetivo de las competencias y el informe PISA ya realiza una evaluación competencial. En España, esta no es la primera ley en la que se plasma, pero su implantación real ha sido escasa. "Conozco centros que están trabajando en esta línea pero la mayoría no lo hacen. Estamos lejos", apunta Neus Sanmartí, catedrática honoraria de la Universidad Autónoma de Barcelona. "Hemos avanzado al menos en la conciencia de los profesores de que son importantes. Hemos ido haciendo muchas experiencias de innovación en las escuelas. Pero se requiere un modelo sistemático de formación que permita que los docentes se preparen en la nueva forma de entender el currículo y de personalizarlo para cada alumno, que es uno de los grandes desafíos de ese sistema", remarca la pedagoga Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema.

La idea es aportar a los alumnos destrezas, actitudes y valores para desenvolverse en un mundo cada vez más tecnológico, globalizado y cambiante. En un momento en el que los datos están a golpe de click, "la escuela tiene que centrarse en aquello para lo que Google no tiene respuesta", explica Pellicer, y eso pasa por una enseñanza que consista en lograr que los chavales sepan aplicar en otros contextos y en situaciones cotidianas lo aprendido en el aula en una circunstancia concreta.

"Un estudiante puede decirnos una fórmula física si la memoriza pero si no sabe qué ocurre si cae vinagre sobre una estructura de mármol ese conocimiento no le va a llevar a ser más competente", ejemplificaba Elena Martín, catedrática de Psicología Evolutiva de la Universidad Autónoma de Madrid, durante un encuentro con los medios para presentar las líneas maestras del nuevo currículo. En una charla con 20minutos Sanmartí pone un ejemplo similar: "Se da mucha información cuando se enseñan las civilizaciones pero si preguntamos qué es una civilización nadie tiene ni idea. Tenemos que entenderlo para aplicarlo en una, en otra… porque si no lo único que hacemos es repetir contenidos sin sentido. Si después queremos saber cosas más concretas que no hemos trabajado en la escuela acudimos a internet y las aprendemos".

Esta profesora de química resalta la importancia del verbo transferir, algo en lo que coincide Héctor Ruiz. "La transferencia es lo que diferencia el aprendizaje superficial del profundo. Si el currículo no lleva a profundizar, los conocimientos van a ser efímeros", apunta el director de International Science Teaching Foundation (ISTF).

En ese contexto los expertos consultados inciden en que no se trata de dejar de impartir Historia o Física sino de hacerlo de otra manera y que tampoco se criminaliza la memoria sino que se pretende que los alumnos no se limiten a acumular y replicar sin más las lecciones. "Claro que tiene que haber conocimientos. Son tan importantes que por eso tenemos que garantizar que se adquieren de forma adecuada. No se puede pensar, crear, ser crítico... sin una base en unos conocimientos. Y la memoria es la capacidad de nuestro cerebro para entender cualquier cosa", señala Ruiz.

En ese camino, la forma de evaluar también debería ser diferente. Por eso Sanmartí apuesta por ejemplo por una evaluación que no sea inmediata: "Para saber si realmente has aprendido, la actividad para comprobarlo tendría que hacerse dos meses después. Si entonces eres capaz de activarlo y utilizar el conocimiento en otro proyecto está bien interiorizado, pero si es inmediato no".

Las ocho competencias que el Ministerio de Educación propone son en comunicación lingüística; plurilingüe; STEM; digital; personal, social y de aprender a aprender; ciudadana; emprendedora; y en conciencia y expresión culturales. Están relacionadas con lo establecido por la UE, que ya a principios de los 2000 veía la necesidad de "una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personales, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo".

"La competencia LifeCom es una novedad interesante"

Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema.

carmen pellicer

  • Carmen Pellicer es presidenta de la Fundación Trilema y directora de 'Cuadernos de Pedagogía'.

¿Cambiaría algo en el listado de competencias? No. Una variación interesante frente a la redacción anterior es la nueva LifeCom. Supone entrenar en hábitos que permiten un aprendizaje inteligente pero también añade la formación en habilidades emocionales y la práctica de hábitos saludables y de bienestar personal. Hay que dar más espacio en el currículo a iniciativas que la estimulen.

¿Un modelo que busca ser más personalizado requerirá bajar las ratios? Creo que va a requerir una inversión mayor de la prevista en la ley. Lo más importante en una escuela son los docentes. La codocencia, que haya grupos más grandes pero con varios profesionales, que aumenten las horas de apoyo y el tiempo que pasa cada alumno con su tutor... son iniciativas fundamentales para mejorar la calidad del sistema. Y eso hace necesario más docentes. Sería prioritario a la hora de invertir.

¿Cómo valora la Lomloe? Lo más triste es su falta de consenso. Hay muchas iniciativas positivas y hay que presentarlas no de una manera revanchista frente a leyes anteriores, sino haciendo una apuesta por el diálogo. No vamos a mejorar la educación española si nos enfrentamos unos a otros. Es hora de que se alcance un pacto social que la deje al margen de discusiones partidistas.

"Para aprender tenemos que usar la memoria"

Héctor Ruiz, director de la International Science Teaching Foundation.

héctor ruiz

  • Héctor Ruiz es director de la International Science Teaching Foundation (ISTF).

¿Cómo se logra el desarrollo de competencias? Para aprender hay que usar la memoria. No se está diciendo que no haya que hacerlo. Intentar evitar la memorización significa evitar esa forma superficial de aprender y de masificar el aprendizaje horas antes de una prueba que se supera reproduciendo una información, con lo cual el aprendizaje no es duradero. Se quiere que se adquieran conocimientos con profundidad y comprensión y se hace con oportunidades y tiempo para usarlos en contextos nuevos.

¿Es una enseñanza más práctica? Otro malentendido es entender el aprendizaje activo como aprender haciendo. Desde un punto de vista académico significa aprender pensando. Tienes que asegurarte de que los alumnos piensan sobre lo que aprenden y eso conlleva darle significado, entenderlo, conectarlo con otros conocimientos... La aplicación debe llevar detrás una reflexión.

¿Qué opina de los ocho bloques? Nuestra fundación se centra en las asignaturas STEM y hubiese sido una sorpresa que no estuviesen. Es importante que todo ciudadano tenga nociones sobre cómo funciona la ciencia, sus limitaciones, cómo nos puede ayudar… La situación actual remarca esa importancia de entender y ser críticos con la información.

"Lo importante es saber qué es una civilización"

Neus Sanmartí es profesora honoraria de la Universidad Autónoma de Barcelona.

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  • Neus Sanmartí es profesora honoraria de la Universidad Autónoma de Barcelona.

¿Existe preocupación en parte de la comunidad educativa por que este método baje el nivel? Sí, y no va a ser así. Lo que cambia es lo que enseñamos. Lo importante no es saber curiosidades de los egipcios sino qué es una civilización. Tampoco lo es saber el nombre de todos los huesos del cuerpo sino qué pasa cuándo uno se rompe y cómo se recupera. Esto no es devaluar el conocimiento.

Aboga por que los alumnos se autoevalúen. ¿Es realmente posible? La primera condición es que el profesorado lo crea. La estrategia pasa por compartir claramente con los alumnos los objetivos y los criterios de evaluación. No suelen saber qué han de hacer para tener un seis y así no se pueden autoevaluar. Pero cuando lo saben pueden apropiarse del proceso y está comprobadísimo que lo hacen muy bien.

¿Cómo serán las generaciones formadas en competencias? Aparte de tener unos conocimientos básicos sólidos están los aprendizajes transversales: autonomía, iniciativa, creatividad, visión crítica… Cosas que la escuela actualmente trabaja muy poco y es lo que necesita la sociedad actual. Lo estamos viendo con el coronavirus. No se trata de saberse toda información pero para poder interpretarla necesitas un conocimiento. Y esta, sin duda, es una tarea de la escuela.

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