Mireia Ruescas, primera persona en dar la vuelta a España en moto eléctrica: "El país aún no está preparado"

  • Llegó a cargar la moto en un cuartel de la Guardia Civil por la falta de puntos de carga operativos.
  • De todo lo que encontró en la ruta, se queda con las personas: "Me ayudaron muchísimo".
  • Reclama que Barcelona rebaje el precio del kWh en los cargadores de la ciudad, más caros que en otros lugares.
Mireia Ruescas, la barcelonesa que se ha convertido en la primera persona en dar la vuelta a España en moto eléctrica.
Mireia Ruescas, la barcelonesa que se ha convertido en la primera persona en dar la vuelta a España en moto eléctrica.
Mireia Ruescas
Mireia Ruescas, la barcelonesa que se ha convertido en la primera persona en dar la vuelta a España en moto eléctrica.

Mireia Ruescas ('Womanelectricbike' en Youtube) ha sido la primera persona en realizar una vuelta a España en moto eléctrica. La conductora barcelonesa, de 40 años, salió el pasado 16 de agosto desde la capital catalana y bordeó el país en 18 días, de los cuales dos fueron de descanso. De su viaje sobre 'Romeo' -el nombre con el que ha bautizado a su moto- extrae varios aprendizajes, entre ellos, que "España aún no está preparada para el vehículo eléctrico".

Y es que una de las mayores dificultades de su travesía fueron las trabas que encontró a la hora de cargar su moto, que tiene unos 180 kilómetros de autonomía y una carga lenta de ocho horas. El problema, cuenta, no fue tanto la falta de puntos de carga -aunque señala que tampoco hay muchos-, sino que, al llegar a estos puntos, buena parte de ellos no funcionaban.

"Mi preocupación durante el viaje era ésa. Yo llevaba una ruta calculada con aplicaciones que te dicen dónde hay un cargador, pero llegaba y no funcionaban, y a lo mejor me quedaban 15 kilómetros de autonomía para encontrar otro. Eso quizá fue lo más complejo", relata Mireia. De hecho, en Huesca, tuvo que cargar la moto en un cuartel de la Guardia Civil después de acudir hasta a tres puntos de carga distintos sin éxito.

Por este motivo, una de sus exigencias a las administraciones y a las compañías eléctricas tras comprobar de primera mano las dificultades de viajar en vehículo eléctrico es que "ya que lo promueven, que al menos las instalaciones tengan un mantenimiento. Por ejemplo, que haya un inspector de zona que pase por los puntos y compruebe que funcionan, no que lo monten y luego se desentiendan".

"Me quedo con la gente"

Pese a las dificultades, Mireia asegura que los buenos momentos durante el viaje han pesado mucho más, entre ellos, los paisajes que ha podido contemplar desde la tranquilidad de su moto: "Mis rutas han sido comarcales, carreteras en las que a lo mejor iba sola durante una hora y media, y al pasar entre lugares como las montañas de Extremadura, ver el Tajo... he llegado a llorar".

Eso sí, entre todo lo vivido, lo tiene claro: "Yo me quedo con la gente, con las personas altruistas que, sin conocerme, me contactaban por grupos de Whatsapp o Telegram para ofrecerme dormir o cargar la moto en su casa. Los miembros de las comunidades moteras a las que pertenezco me han ofrecido muchísima ayuda y me quedo con eso".

"Me había quedado sin trabajo por la pandemia y pensé en llevar a cabo un reto personal, en hacer algo por y para mí"

Cuenta que, además, allá donde iba, la gente se interesaba por la ruta que estaba haciendo y, en lugares como Bilbao, "me regalaron galletas para el viaje en una tienda y la electricidad en un punto de carga". También recibió los consejos de Alicia Sornosa, periodista española y primera mujer de habla hispana en dar la vuelta al mundo en moto. 

Asimismo, esta experiencia ha ayudado a Mireia a nivel personal, ya que, cuando decidió emprender esta aventura, "no estaba muy bien. Me había quedado sin trabajo por la pandemia -era directora de un restaurante- y pensé en llevar a cabo un reto personal, en hacer algo por y para mí, y ahora tengo también la satisfacción de haberlo conseguido". 

Un reto que llegó casi por casualidad

Este "reto personal" llegó, de hecho, casi por casualidad. "Como llevo una marca de moto un poco especial -Vectrix Vx1- y no se ven muchas, un día me paró un chico en un semáforo y me pasó un teléfono para meterme en un grupo de Whatsapp en el que había 170 hombres de toda España, yo era la única mujer, y empezaron a animarme a hacer salidas", relata.

Más adelante, cuenta, se unió a Antorcha Eléctrica, "una asociación que reivindica la movilidad eléctrica y que los puntos de carga funcionen". Este grupo organizó entonces un evento que consistía en hacer una vuelta a España por relevos con una antorcha eléctrica y ella participó en el último tramo.

Anima a otras mujeres a "que se atrevan con la sensación de libertad que les va a dar la moto"

"Allí me vine arriba hablando con el organizador, que me decía que había sido la única mujer de España que había participado en esta vuelta. Yo le dije en broma que me abriría un canal de Youtube y daría una vuelta a España y él me animó a hacerlo para demostrar que se puede viajar en vehículo eléctrico y darle visibilidad a este tipo de movilidad", señala.

Así, Mireia Ruescas se convirtió a principios de este mes en la primera persona en completar este reto y anima a otras mujeres a "que se atrevan con la sensación de libertad que les va a dar la moto", además de, poco a poco, a "hacerse sitio en el mundo del motor". 

Por su parte, ella ya tiene su próximo objetivo en mente: llegar a Cabo Norte desde Barcelona en moto eléctrica. "Europa está mucho más preparada y, en ese sentido, no me preocupan tanto las cargas, pero sí la dificultad del viaje al desconocer el terreno", asegura.

Reclama que Barcelona rebaje el precio del kWh

Mireia también cuenta que la elección de la moto eléctrica beneficia al medio ambiente, pero también al bolsillo del conductor. Su vuelta a España ha supuesto un total de 3.740 kilómetros de ruta y asegura que el precio medio de la carga para recorrer esa distancia es de 36 euros.

Sin embargo, critica que, mientras que el precio del kWh oscila entre los 0,14 y los 0,20 euros en los puntos de carga del resto de España, en Barcelona ronda los 0,40. Por ello, reclama una rebaja al Ayuntamiento de la ciudad, ya que, tras recorrerse el país, asegura que el precio de la capital catalana es el más caro que se ha encontrado.

En este sentido, considera que "el número de puntos de carga en Barcelona está bien y cada vez se están poniendo más, pero, si promueves la movilidad eléctrica y ecológica en la ciudad y luego pegas este palo, cuando la compra de un vehículo eléctrico ya es más cara, la gente se desanima".

Pese al precio en la ciudad, ella tiene claro que a su Romeo "no la cambiaría": "Yo estoy encantada. En el día a día, la cargo y tengo para moverme por Barcelona dos semanas. En general, es más económica, más práctica y contamina menos, también a nivel acústico". Sobre la contaminación de los vehículos en concreto, defiende que quizá unos pocos no marcan la diferencia, pero "vamos sumando y, aunque la contribución sea en un porcentaje bajo, eso que nos llevamos".

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