Ya está visto que casi cualquier movimiento que den los duques de Sussex tendrá una reacción negativa que provenga desde territorio británico. Es casi matemático que las críticas -máxime cuando acaban de salir elegidos entre los 100 rostros más influyentes del mundo por la revista TIME- aparecen ipso facto, sin que ello signifique que no puedan ser ciertas, porque lo último de lo que se les acusa es de haber pagado una millonada precisamente por esa publicidad.

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La idea que se está transmitiendo desde varios medios británicos haciéndose eco de lo que publica la web de noticias GeoNews es la de que el acuerdo con la prestigiosa publicación vendría a ser un lavado de imagen antes que una elección por méritos propios del príncipe Harry y Meghan Markle.

Según el citado portal de noticias, el matrimonio habría desembolsado alrededor de un millón y medio de dólares (casi 1.300.000 euros) no solo para estar en la lista sino para salir en la portada, siendo la imagen de la influencia positiva en todo el globo.

"Entrar en acción no es una opción fácil para unos jóvenes duque y duquesa que han sido bendecidos desde la cuna con el talento... y quemados por la fama. Hubiese sido mucho más sencillo disfrutar de su buena suerte y permanecer en silencio", escribía su buen amigo, el chef José Andrés, alegando que, en cambio, "dan voz a los que no la tienen con sus producciones en los medios", así como "mano a mano con sus colaboradores, asumen riesgos para ayudar a las comunidades necesitadas".

Estas loas sin mácula han sembrado las dudas, ya que solo han pasado dos años desde su salida del seno de la familia real británica y ha habido una pandemia de por medio para que se notase verdaderamente su labor solidaria. 

De hecho, varios expertos que han hablado con tabloides ingleses creen que la entrevista con Oprah Winfrey les hizo perder credibilidad ante el público, lo que vendría a refrendar la idea de haber pagado por aparecer en TIME, revista que, debido a su prestigio, en teoría no tendría que aceptar pagos de absolutamente nadie, como ha demostrado a lo largo de su historia.