La Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) es una de las grandes apuestas de los últimos años para acercar la UE a los ciudadanos. Meses después de haberse puesto en marcha siguen dándose debilidades que se deberían de solucionar antes de abril de 2022, fecha en la que está previsto su cierre. Después de la Convención celebrada en 2002, la CoFoE implica directamente a los europeos y europeas en las decisiones, más importantes si cabe después de la crisis de 2008 y la pandemia de Covid. Pero, ¿quién es quién en la Conferencia?

Emmanuel Macron: un impulso para su idea de liderazgo

Emmanuel Macron ha repetido hasta la saciedad que quiere una "Europa soberana" sin que quede demasiado claro qué es realmente. Pero fue él quien lanzó la idea de una Conferencia sobre el Futuro de Europa, también con el plan de apuntarse un tanto a nivel nacional. Quiere ser el líder de la UE y la CoFoE puede ser una propuesta que le consolide. En un primer momento estaba pensada para durar dos años, entre 2020 y 2022, pero llegó la pandemia y todo se paró. 

La reformulación planteó que la CoFoE durase solamente un año, precisamente para terminar en 2022 y bajo la presidencia francesa del Consejo, de tal manera que las conclusiones cayeran, de alguna manera, en manos de Macron además en una fecha clave: en abril del año que viene se celebran presidenciales en el país y el actual presidente se juega la reelección. Y quizás no haya una nueva legislatura para él sin liderazgo a nivel europeo.

La Conferencia sobre el Futuro de Europa, a examen: "Aún falta agilidad a la hora de llegar a la ciudadanía"

El papel de la Comisión, del Consejo y del Parlamento

Guy Verhofstadt, Gasper Dovzan y Dubravka Suica son las figuras que forman la Ejecutiva de la CoFoE. En el caso de Dovzan se debe a la presidencia rotatoria del Consejo, que ahora está en manos de Eslovenia. Precisamente la Comisión Europea, los Estados miembros y el Parlamento Europeo son los encargados de canalizar las propuestas que se hagan a lo largo de la Conferencia. Suica, vicepresidenta de la Comisión, y Verhofstadt, eurodiputado, contemplan la "dirección".

En un principio, el papel más activo debería tomarlo el Parlamento, que es la representación directa de los ciudadanos. La Comisión atiende desde la distancia y los países son los que tienen que asegurar la implicación más cercana de los europeos y europeas. Esta 'pata' de la CoFoE es la institucional y se ha resuelto de esta manera para evitar disparidades de cara a las conclusiones de la Confrencia.

Antes de que la CoFoe arrancase se dieron ciertos choques sobre el fin último de la misma: la pregunta sobre si las conclusiones van a servir para reformar los Tratados es la más importante, y no parece que haya muchas ganas de responderla. El Consejo se opone a ello y así está marcado. Los Estados miembros no quieren entrar en unas complejas negociaciones para dejar atrás el Tratado de Lisboa, que se aprobó en 2007. La prueba fallida de la Constitución Europea, que fracasó a principios de siglo, provoca recelos a la hora de abordar unas conversaciones de esa índole.

Lo más importante: los ciudadanos

Es la parte fundamental y el porqué de la Conferencia: la gente. Los ciudadanos pueden participar a través de una plataforma multilingüe que registra todas las propuestas y eventos que se hagan a lo largo de la CoFoE. Una parte importante pasa por la gestión de las expectativas. Hay asuntos complicados de tocar en la Conferencia y otras medidas que son urgentes. De un buen resultado a mediados de 2022 dependerá en gran medida la futura credibilidad del proyecto europeo.