Hubo un tiempo en el que hablar de Fernando Alonso era hablar de victorias. Hace tanto tiempo de aquello... Muchos de los que lean esta columna igual ni sabían lo que era la Fórmula 1.

Fernando Alonso remonta hasta el 8º, Sainz se hunde por otra pifia de Ferrari y Hamilton triunfa en Portimao

Mucho ha cambiado desde entonces, pero no un elemento clave para entender el fenómeno Alonso, que dentro de unos años ganará trasdencia: el asturiano es un piloto de carreras. Literal: es un corredor de domingo, un carrerista.

Hay muchos otros campeones que empiezan a ganar desde el sábado. Que sus resultados dependen más de salir en la pole o desde los primeros puestos que en adelantar en pista. En el caso de Alonso ha sido casi una imposición: en sus años de la segunda época en Renault, la nefasta McLaren Honda, la mejorable Ferrari y ahora en el regular Alpine se ha dado cuenta pronto de que todo lo que pierda el sábado lo va a tener que ganar el domingo.

Así remontó del 13º al 8º Fernando Alonso, un festival de adelantamientos en el GP de Portugal

En Portugal se ha visto el último ejemplo de la capacidad de Alonso de maximizar los resultados de los domingos. Después de una nefasta clasificación en la que su compañero Esteban Ocon le metió medio segundo en cada una de las dos Q en las que participó, en carrera el francés dio gracias al Dios de las carreras porque la de Portimao durase sólo 66 vueltas y no unas pocas más, porque casi seguro que Alonso le hubiera adelantado.

No obstante, él mismo admite que lo de la clasificación es un asunto que tienen que trabajar. "Nos salió 'regu'", dijo después de la carrera. Pero poco a poco se está volviendo a sentir cómodo y eso es una buena noticia para sus fans. La próxima cita, el GP de España. Pena que no haya público (debe ser que en un espacio abierto se guardan peor las medidas de seguridad que en un bar), porque iba a volver a hacer gritar a miles de fans.

PD.- Del 'cagancho' (con perdón de los pielfinas) de Ferrari con Carlos Sainz hablamos otro día. Ponedle voluntad, la c.... de tu madre, ponedle voluntad...