CARMELO ENCINAS. DIRECTOR DE OPINIÓN DE 20MINUTOS
OPINIÓN

Cataluña se da la vuelta

Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.
JORGE PARÍS
Carmelo Encinas, colaborador de 20minutos.

La Cataluña de hoy era impensable hace dos meses. Aquellos primeros días del octubre más negro y convulso de su reciente historia, el independentismo estaba exultante. Los soberanistas no solo llevaban entonces la iniciativa, sino que su ascenso parecía imparable. Todas las encuestas confirmaban la hegemonía electoral de ERC, y las posibilidades de que el constitucionalismo levantara cabeza se antojaban nimias. El cambio en solo dos meses ha sido espectacular.

En ese tiempo, el separatismo ha revelado que nunca imaginó llegar tan lejos y que jamás estuvieron preparados para la realidad. El viaje era mucho más bonito que el destino, y terminaron estrellando la nave nodriza. Ahora carecen de vehículo y se agarran a un relato de represiones "neofranquistas" y "presos políticos" que tiene las patas muy cortas. Un relato emocional demasiado pobre para enfrentarlo al discurso racional del portazo de Europa, del éxodo de bancos y empresas, la marcha de los autónomos o la caída del turismo y la facturación de los negocios por ellos provocada.

El 155 ha funcionado como un reloj y esta semana arranca la campaña electoral de unos comicios autonómicos convocados bajo su amparo a los que ninguna formación, ni siquiera los antisistema, se resiste a comparecer. Los sondeos tampoco son lo que eran. El antes indiscutible candidato aventajado Oriol Junqueras ve amenazada su posición por Inés Arrimadas. Percibida como una suerte de "novia de España", la líder de Ciudadanos se sitúa a poco más de un punto del dirigente de ERC. Al avance de Arrimadas se une el retroceso de Junqueras por el posible trasvase de votos a la candidatura de Puigdemont, cuya teatralidad en Bruselas no pudo contrarrestar desde Estremera. De mantenerse ese flujo de vasos comunicantes, la formación naranja podría asestar un golpe psicológico brutal al independentismo, aunque la suma de ERC y Juntos por Cataluña les supere en votos.

El PP cultiva por su parte la esperanza de que el electorado premie la gestión del 155 a pesar de que la imagen que los catalanes tienen del partido a nivel nacional, por la actitud que tuvo antaño con Cataluña, obliga a Xavier Albiol a trepar por una catarata.

No es el caso de Miquel Iceta. El candidato del PSC, que afrontó las elecciones de 2015 en unas condiciones de división interna desastrosas, ha escaneado mejor que nadie el espectro electoral y perimetrado con precisión su territorio. Con un discurso novedoso y muy elaborado ha dibujado una opción transversal que recoge a los huérfanos de la izquierda y al igualmente abandonado catalanismo moderado. Una estrategia que lleva camino de resultar devastadora para el perfil pretendidamente equidistante de los Comunes. Iceta le ha tomado la medida al hartazgo de la ciudadanía y a su creciente alarma por la quiebra social. Con un mensaje de reconciliación aspira a que la aritmética parlamentaria le convierta en el único candidato digerible por ambos bandos y gobernar en minoría con un conseller en cap independiente. Una jugada alambicada, pero posible. Cataluña puede darse la vuelta como un calcetín.

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