Ucrania paraliza la producción de neón por tiempo indefinido: se avecinan peores tiempos en la crisis de los chips

Tubo de descarga lleno de neón puro.
Tubo de descarga lleno de neón puro.
Wikipedia - Alchemist-hp (talk)
Tubo de descarga lleno de neón puro.

A principios de marzo os contábamos en 20Bits cómo la crisis de los chips podría verse acentuada, todavía más, debido al conflicto entre Rusia y Ucrania. El país gobernado por Volodímir Zelenski produce la mitad del neón del mundo, un preciado gas que en cantidades suficientemente refinadas se usa para crear los láseres que graban los patrones de los semiconductores.

Entonces las fábricas estaban solo paralizadas y a la espera de ver cómo se desarrollaban los acontecimientos, ya que Rusia acababa de invadir el país. En declaraciones al medio internacional Wired, Larissa Bondarenko, directora de desarrollo comercial de Cryoin Engineering, subrayaba que la compañía había tomado la decisión de que los empleados se quedaran en casa desde el momento en que comenzaron las ofensivas hasta que la situación se aclarase, para cerciorarse de que todos estuviesen “seguros”.

Cryoin Engineering, ubicada en Odesa -uno de los puntos estratégicos de este conflicto por su posición a las orillas del Mar Negro-, es uno de los dos principales proveedores de neón de Ucrania. Junto con Ingas, produce alrededor de la mitad del suministro mundial de este elemento, según señala Reuters.

Entre el 45% y el 54% del neón de grado semiconductor del mundo, crítico para los láseres utilizados para fabricar chips, proviene de dos empresas ucranianas, Ingas y Cryoin, según cálculos de Reuters basados en cifras de las empresas y la firma de investigación de mercado Techcet. El consumo mundial de neón para la producción de chips alcanzó unas 540 toneladas métricas el año pasado”, cita el artículo de la agencia internacional.

Con la escalada de violencia que se ha producido durante estas dos semanas en Ucrania, tanto Ingas como Cryoin han decidido cerrar sus operaciones, según han confirmado a Reuters portavoces de ambas compañías.

¿Hay neón suficiente para continuar produciendo?

Antes de la invasión, Ingas producía de 15.000 a 20.000 metros cúbicos de neón por mes para clientes en Taiwán, Corea, China, Estados Unidos y Alemania, y alrededor del 75% se destinaba a la industria de chips, dijo Nikolay Avdzhy, director comercial de la empresa, en un correo electrónico enviado a Reuters. Basta con decir que esta compañía tiene su sede en Mariupol para entender por qué ha parado sus operaciones.

Por su parte, Cryoin Engineering produce y suministra a todo el mundo gases raros de ultra alta pureza, entre ellos neón, pero también helio, xenón y criptón. Exporta su producción a empresas en Europa, Japón, Corea, China, Taiwán, India y Tailandia, aunque la mayor parte se envía a Estados Unidos, según los gráficos disponibles de comercio internacional. La empresa producía aproximadamente entre 10.000 y 15.000 metros cúbicos de neón por mes, pero detuvo su trabajo cuando comenzó la invasión rusa.

Si bien entonces se hacía una llamada a la calma, afirmando que Cryoin tiene suficientes suministros para seguir proveyendo al menos tres meses con la planta cerrada, los expertos sostienen que si el conflicto se prolonga habrá consecuencias en la industria.

Asimismo, las propias empresas también están preocupadas por si sus instalaciones sufren daños físicos, lo que dificultaría el reinicio rápido de las operaciones.

Un problema que afectaría especialmente a los pequeños productores

El Ministerio de Economía de Taiwán, sede del fabricante de chips por contrato más grande del mundo, TSMC, dijo que las empresas taiwanesas ya habían hecho preparativos avanzados y tenían “existencias de seguridad” de neón, por lo que no veía ningún problema en la cadena de suministro a corto plazo.

No es la misma situación para los fabricantes de chips más pequeños. “Los fabricantes de chips más grandes, como Intel, Samsung y TSMC, tienen mayor poder adquisitivo y acceso a inventarios que pueden cubrirlos por períodos de tiempo más largos, dos meses o más”, afirma Lita Shon-Roy, presidenta de Techcet. “Sin embargo, muchas otras fábricas de chips no tienen este tipo de protección”, agregó.

Rusia también es un territorio fundamental en la producción de neón

Los fabricantes de chips emplean láseres para grabar patrones de circuitos hiperfinos en obleas de silicio. Los láseres funcionan avivando los átomos de los gases nobles para generar luz en longitudes de onda específicas y, a menudo, el neón constituye el 95% o más del contenido gaseoso del láser. El neón tiene que ser refinado a una pureza del 99,999 % para este propósito, un proceso de nicho que muy pocas plantas en el mundo llevan a cabo.

Reuters indica que actualmente Ucrania suministra más del 90% del neón de grado semiconductor de Estados Unidos. Pero el país de Putin también está implicado en el proceso. La cadena es la siguiente: Rusia produce neón como gas noble, subproducto de la fabricación de acero, y luego es purificado por la empresa ucraniana.

Un problema con precedentes

Las preocupaciones por un corte de suministro tienen antecedentes: en 2014, la última vez que Rusia intentó invadir Ucrania, en respuesta a la anexión de Crimea, el precio del neón se disparó un 600%.

De hecho, cuando Rusia anexó Crimea en 2014, los fabricantes de chips del mundo dependían aún más de Ucrania porque el país suministraba alrededor del 70% del gas neón.

En previsión de las repercusiones que pueda tener la ofensiva actual, la semana pasada los gobiernos de EE. UU. y Japón estuvieron presionando a los principales actores de la industria de los semiconductores para que encuentren fuentes alternativas de producción de este gas.

En un comunicado, la Asociación de la Industria de Semiconductores dijo que la industria tiene “un conjunto diverso de proveedores de materiales y gases clave” y que la crisis de Ucrania no presenta riesgos de interrupción “inmediatos”. Pero la mayoría de los fabricantes de chips de memoria tienen un inventario de neón de alrededor de ocho semanas, según Peter Lee, analista de Citi Research, por lo que una guerra prolongada podría extinguir esas existencias y presentar nuevas preocupaciones para un mundo hambriento de chips.

Un negocio con una crisis detrás de otra

La industria de los semiconductores está ya haciendo estragos e intentando lidiar con una situación de escasez que tiene en jaque a muchos sectores de producción: los chips no solo están presentes en dispositivos tecnológicos, sino que se utilizan en las cadenas de producción de muchas otras industrias, como por ejemplo el de la automoción -de hecho, ha sido uno de los más afectados-.

La crisis sanitaria es la causa principal de esta falta de chips, que repercute en la fabricación de dispositivos tecnológicos como smartphones, ordenadores o las codiciadas tarjetas gráficas, pero como decimos también en la industria automotriz: en 2021, la escasez de semiconductores restringió la producción de casi todos los principales fabricantes de automóviles y, como resultado, compañías como General Motors cerraron fábricas enteras.

En el terreno de la telefonía móvil, Apple, por ejemplo, fabricó en 2021 unos 10 millones de iPhone menos de los que había planificado debido a la falta de microchips, según Bloomberg.

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